La melancolía en clave indie

La melancolía en clave indie

Birdy lanzó "Beautiful lies", su tercer trabajo discográfico.

Bueno

PRODUCTORES: Jim Abbins. GENERO: Indie-pop. DURACIÓN: 52,49’. SELLO: Atlantic Records.

Un piano, su voz y letras que conmueven. Esos son los tres pilares de “Beautiful lies”, el tercer disco de Jasmine van den Bogoerde, más conocida en el mundo del espectáculo como Birdy. En los últimos cinco años, la artista inglesa se fue alejando a paso lento pero constante de “Skinny love”, el cover que hizo del tema de Bon Iver -y que la lanzó a la fama a los 14 años-, para escribir sus propias historias.

El disco entra en la vastísima categoría del indie-pop: una voz que seduce y temas que exploran algunos de los matices del amor. Hasta ahí, nada nuevo. Quizás el mérito de la cantante que hoy tiene 19 años sean sus letras. Esa tristeza que sale directo por los parlantes para inyectarse en el oyente. Los mejores exponentes de ello son las baladas “Deep end”, Silhouette” y “Lost it all”.

En la otra punta, pero no muy lejos están “Growing pains”, que tiene influencias japonesas en su composición, y los dos singles “Keeping your head up” y “Wild horses”, que introducen un poco más de fuerza en sus melodías. Aunque el ritmo cambie un poco en estas canciones, ninguna de sus letras se aleja del dolor y de sus maneras de afrontarlo como temática central. Ese intento tan persistente quizás sea el que haga de este disco algo que valga la pena escuchar.

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