Scioli lanzó el último ataque para herir a su rival

En el reino electoral, la pelea se planteó ayer entre ángeles y demonios. En esos términos, el candidato presidencial por el Frente para la Victoria, Daniel Scioli, planteó la contienda contra el líder de Cambiemos, Mauricio Macri, en el último round de un duro y extenso combate ideológico y verbal antes de la veda electoral. Y Scioli dio un repentino giro al lugar elegido para cerrar su campaña: cambió Mar del Plata por el partido de La Matanza, “la capital del peronismo”.

Con toda la liturgia justicialista, el oficialismo se volcó masivamente hacia el Centro de Eventos cultural y deportivo Juan Domingo Perón, emplazado en González Catán, a 50 kilómetros del Obelisco. Y el discurso del ex motonauta apuntó, más que siempre, a trazar la grieta que lo separa de Macri. Planteó algo así como que él es la salvación y que el postulante de Cambiemos “pactó con los diablos”, en alusión a los fondos buitre y al Fondo Monetario Internacional (FMI). “Como peronista, estoy para defender a los trabajadores; la defensa de tu trabajo, de tu salario y de tu familia”, indicó Scioli, rodeado de su esposa, Karina Rabolini, de su compañero de fórmula, Carlos Zannini, y del intendente local y presidente del PJ bonaerense, Fernando Espinosa. Y continuó con las promesas electorales de subir el piso del mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias a los que ganan más de $ 30.000 y de pagar el 82% móvil a los jubilados a partir del 1 de enero próximo, si logra suceder a Cristina Fernández el 10 de diciembre. Y fue más allá: “el salario es la mejor inversión social; quiero paritarias sin techo salarial”.

“El domingo elegimos entre el orgullo del país o la vuelta al pasado, salgan a defender el futuro, que no les roben la esperanza”, arengó el actual gobernador de Buenos Aires ante unas 8.000 personas que le dieron calor a una fría y lluviosa jornada en el conurbano.

El acto llegó precedido de una extensa campaña, en la que Scioli apuntó más a unificar la tropa bonaerense (luego de la derrota frente a Cambiemos que catapultó como gobernadora a María Eugenia Vidal) y, en la última semana, a recorrer varias provincias.

Si bien ayer el empresario de la carne Alberto Samid vaticinó un triunfo por cuatro puntos en las elecciones del domingo, dentro del entorno de Scioli son más cautos; algunos hablan de un empate técnico. La escala marplatense le ha servido al candidato oficial para recargar las pilas. Sus colaboradores admitieron que -tras el debate del domingo pasado-, necesitaba de un respiro en medio de una impensada prolongación de la campaña. “No se trata de votar amarillo o naranja, Frente para la Victoria o PRO. Lo que está en juego es el orgullo del país; no volver para atrás”, manifestó en otro tramo del mensaje que se extendió por poco más de 20 minutos.

Los sciolistas están convencidos de que su líder ha llevado la pelea al terreno donde más le duele a su contrincante, el de la identificación con el ajuste y la fuerte devaluación, a partir de los dichos de los economistas de Cambiemos. “Quisieron dar hoy un nuevo golpe al mercado intimidatorio para generar incertidumbre, usando el brazo judicial para llevar adelante la estafa que es una gran devaluación. No me voy a cansar de decirlo”, remarcó el candidato presidencial en su mensaje, aludiendo al allanamiento ordenado por el juez federal Claudio Bonadio al Banco Central en la causa que se investigan las operaciones de venta del dólar a futuro.

Cada error del adversario es aprovechado. En ese sentido, Scioli repudió públicamente los dichos del asesor macrista, Jaime Durán Barba (“lo que diga un Papa no cambia el voto ni de 10 personas”). “Quiero repudiar esta declaración ofensiva. No pueden entender que el Papa critique el capitalismo salvaje”, remarcó.

El peronismo, en La Matanza, se mostró unificado y ratificaron que la vocación de poder sigue intacta. Pero hay un temor, al 11% de indecisos que marcan todas las encuestas y que pueden inclinar la balanza en el balotaje. “Salgan a defender su futuro, que no nos vuelvan a robar el futuro”, dijo Scioli, marcando un punto final a una extenuante campaña con final abierto.

VOCES A LA GACETA

FUNCIONARIOS K.- Axel Kicillof fue uno de los pocos funcionarios que subió al escenario. El ministro de Economía aplaudió a rabiar cada frase de Carlos Zannini contra el mercado, la especulación y los acreedores del país. Abajo, en una suerte de platea, se apostaron Carlos Kunkel, Juan Abal Medina, Alejandro Arlía, José “Pepe” Scioli, Jorge Taiana, Julián Domínguez, y el titular de la Anses, Diego Bossio.

IRONÍAS OFICIALISTAS.- En un tramo del acto, el locutor oficial puso voz seria y se acordó de la candidata a vicepresidente de Cambiemos, Gabriela Michetti. “Quiero comunicarles que la candidata del otro partido padece un cuadro de gastroenterocolitis. No es una burla, queremos que se recupere”, indicó. Ahí nomás, las barras presentes le dedicaron algunas “cargadas”..

LA VOZ DEL PAPA.- El Papa Francisco estuvo ayer presente en el recuerdo de los dirigentes oficialistas como uno muy cercano al Pontífice, el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez. “El peronismo es un partido humanista, profundamente social y cristiano. El Papa fue claro contra las políticas del liberalismo, que es la muerte. Así que nuestra doctrina, nacional y popular, va en la línea de lo que pregona Francisco”, manifestó uno de los referentes más buscados para las selfies.

FISCALIZACIÓN.- Alberto Samid está convencido de que el domingo, el peronismo no debe descuidar la fiscalización de las mesas. “Si aceitamos ese sistema, ganamos bien, por cuatro puntos de diferencia”, le dijo a LA GACETA el referente del Mercado Central.

ENTRETELONES PERONISTAS

¿Ausencia anunciada?.- El 22 de octubre, en el Luna Park, Daniel Scioli cerró la primera campaña a presidente. Oportunidad en la que abrió su discurso agradeciendo a la presidenta, Cristina Kirchner, porque le dejaba un país “ordenado, desendeudado y con paz social”. También se acordó de Axel Kicillof y de las negociaciones con los fondos buitre. Esta vez, desde La Matanza el discurso de cierre antes fue distinto. De Cristina ni una mención, menos del resto de su gabinete.

Barras diferenciadas.- Los simpatizantes del Mercado Central marcaron el ritmo antes, durante y después del acto. Las otras gradas fueron ocupadas por referentes de dirigentes territoriales del conurbano bonaerense, mientras que la tribuna frontal al escenario fue ocupada por jóvenes de La Cámpora. En las sillas colocadas frente al escenario se ubicaron autoridades y punteras conocidas como “Las Ñatas”.

Invitados famosos.-Actores, políticos y trabajadores se mezclaron en el escenario. Así, en el extremo izquierdo, Jean Pierre Noher y Juan Palomino accedieron a las “selfies”, mientras que Víctor Laplace amenizaba la reunión, caracterizando a Perón. “El general Perón solía decir: a mí me gusta más Patoruzú que Isidorito”, lanzó el actor a través del micrófono, aludiendo a Scioli y a Macri.

Sello peronista.-Como sucede en cada acto peronista, la movilización de simpatizantes implicó el uso de decenas de colectivos que llegaban desde distintas zonas del partido de La Matanza. Alrededor del Centro de Eventos, los puestos de choripantes y de Patys, estaban abarrotados. Un fuerte operativo de seguridad se apostó en el lugar.