En Villa Quinteros, ni la comisaria se salva de la ola de inseguridad

En Villa Quinteros, ni la comisaria se salva de la ola de inseguridad

Los habitantes de la localidad se quejan por la cantidad de robos que se producen. Preocupación por los jóvenes adictos. Habitantes de la localidad denunciaron que sustrajeron las motocicletas que les había secuestrado la Policía.

OTRA VEZ EN LA MIRA. De la comisaría de Villa Quinteros, según denunciaron los vecinos, se sustrajeron dos motocicletas secuestradas. la gaceta / fotos de osvaldo ripoll OTRA VEZ EN LA MIRA. De la comisaría de Villa Quinteros, según denunciaron los vecinos, se sustrajeron dos motocicletas secuestradas. la gaceta / fotos de osvaldo ripoll
06 Noviembre 2015
CONCEPCIÓN.- Los robos, hurtos y asaltos no dan respiro a los vecinos de Villa Quinteros. Y si esperaban que la policía los resguarde de ese drama, por ahora perdieron la esperanza. Sucede que el domingo pasado, según las versiones aportadas por los vecinos, la propia comisaría local fue víctima del robo de dos motocicletas que habían sido secuestradas y permanecían en esa dependencia. El hecho, según el testimonio de los damnficados, fue perpetrado en la madrugada del domingo.

“A mi Yamaha me la quitaron en un control porque no tenía licencia de conducir. Estaba en poder de la Policía y cuando la fui a retirar, pagando la multa, los ladrones ya la habían llevado. Es una historia que no se puede creer”, comentó Sergio Mansilla, propietario de una de las motos robadas.

El otro de los rodados sustraído fue una Honda Biz que, según Mansilla, era de una de sus amigas. “No es la primera vez que ocurre un robo en la comisaría. No hace mucho tiempo unos desconocidos ya habían hurtado otra motocicleta”, comentó el denunciante.

La última sustracción se produjo una semana después de que los vecinos ganaran las calles para protestar contra la ola de inseguridad que golpea el lugar. A partir de entonces hubo cambios en la comisaría, dispuestos por las autoridades de la Regional Oeste.

Se designó a un nuevo comisario, se incrementó la cifra de personal y también se desplegaron dos móviles de otras dependencias. Por eso pocos entienden cómo los ladrones lograron llevarse las motos.

César Quevedo, comerciante de la localidad, explicó que los policías de guardia fueron engañados. “Desconocidos hicieron una falsa denuncia de un robo que se estaba cometiendo supuestamente en la escuela. Los agentes salieron a verificar el hecho y entonces los delincuentes aprovecharon para llevarse los vehículos”, contó.

Silencio

En la dependencia, ante la ausencia del jefe de comisaría, nadie quiso dar una versión del hecho .

Al mediodía, el lugar estaba rodeado por familiares de un joven que había sido aprehendido luego de intentar robar un comercio de la vecina Mercedes Ruiz. “Él está drogado y no es malo. Los verdaderos ladrones andan riéndose en motos. A esos lo tienen que meter en cana”, se despachó uno de los parientes que fueron a reclamar la libertad del muchacho.

“La droga y la falta de trabajo hacen estragos aquí. Los menores salen a robar para poder comprar las sustancias que consumen. Le arrebatan a la gente celulares, bolsos y otras cosas. En realidad se llevan lo que encuentran”, comentó don Antonio Leiva, un bicicletero del pueblo.

A él mismo, dos días antes de ser entrevistado por LA GACETA, le sustrajeron una bicicleta de la puerta de su taller. “Aquí nadie se puede descuidar un segundo porque los viciosos te hacen desaparecer cualquier cosa”, advirtió.

Quevedo también recordó que hace dos meses redujo, con otros dos hombres, a un asaltante que había ingresado a un comedor del lugar y había apuntado con una pistola a la cabeza de una joven. “Le exigió que entregara su celular y al resistirse gatilló dos veces. Los proyectiles no salieron. Entonces nos abalanzamos sobre él, lo logramos reducir y lo entregamos a los policías. Esa vez no pasó nada grave, pero tampoco hay que esperar para que tengamos que lamentar una muerte”, destacó el bicicletero.

Abandono y algo más

El nuevo comisionado comunal Rubén Martín Robles admitió que la inseguridad que se vive en el lugar llegó de la mano del abandono que exhibe el pueblo.

“Aquí hay que desmalezar, iluminar y crear paseos públicos. La oscuridad ampara a los delincuentes. Por otro lado hay que trabajar promoviendo el deporte en los jóvenes. También hay que apoyar las actividades culturales. Son cuestiones que van a contribuir a sacar a los chicos de la mala vida” sostuvo el funcionario.

“Necesariamente hay que integrar acciones con distintos factores de la comunidad. Con organización vamos a reducir la delincuencia” añadió.

Robles confesó que él también logró capturar a tres menores delincuentes que habían robado cerca de su casa y los entregó a la policía. “Son experiencias tristes porque involucran a chicos sin futuro, perdidos. Sobre ellos hay que trabajar para que la vida de nuestra ciudad comience a mejorar”, concluyó.

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