“Chapa”, a todo volumen

“Chapa”, a todo volumen

Eliseo Branca, un histórico de los Pumas, llegó a Tucumán y vio el partido con LG Deportiva

ARGENTINO. “El problema de Buenos Aires es que los jugadores sienten más al club que al seleccionado, no como acá”. LA GACETA / FOTOS DE JORGE OLMOS SGROSSO ARGENTINO. “El problema de Buenos Aires es que los jugadores sienten más al club que al seleccionado, no como acá”. LA GACETA / FOTOS DE JORGE OLMOS SGROSSO
26 Septiembre 2015
Al mismo tiempo que los Pumas del presente llegaban al Kingsholm Stadium, uno del pasado aterrizaba en Tucumán: Eliseo Branca, invitado por Natación y Gimnasia para brindar una charla y dirigir una práctica de rugby ayer. “Chapa” accedió a la propuesta de ver el partido acompañado por LG Deportiva en el lobby del hotel, pero al momento de acomodarse frente a la enorme pantalla, recibe una incómoda noticia: no hay volumen. Pocas cosas hay más tristes que un partido en mute, así que a falta de cinco minutos para el comienzo del match, hay que salir a buscar una alternativa. Resulta estar a media cuadra, el restobar “El Aljibe”, a cuyo dueño se le cae la mandíbula hasta el piso cuando ve entrar al “Chapa”.

“No lo puedo creer. ¡Jugué contra el CASI cuando vos eras entrenador!”, le cuenta entusiasmado Edgardo Herrera, ex hooker de Universitario. “Hace dos semanas que tengo el bar. Esta es la primera vez que abro al mediodía y mirá el cliente que tengo”, se entusiasmo Edgardo antes de perderse en la cocina para contarle a su amigo, Marcelo Flores, ex pilar y cantinero de las “serpientes”.

“Por el rugby tengo muchos amigos en Tucumán, como Lucio de Chazal y Pablo Buabse”, comenta Branca, mientras espera la infaltable empanada de entrada y el comienzo del partido. “Te aclaro que no soy fanático. De hecho, hay algunos jugadores que no conozco. Cuando sí me pongo medio loco es cuando juega un equipo del cual soy entrenador. Ahí me sale el hincha”, confiesa.

El primer tiempo, escaso en emociones, se consume entre apreciaciones de todo tipo. “Si en mi época aplicaban el mismo criterio que a Galarza, nos mandaban a todos a Guantánamo. Los árbitros están demasiado finos, se olvidan que esto es un deporte de contacto”, es una. Otra: “para mí, tenían que estar Albacete y Carizza. Pero bueno, hay que respetar las decisiones de Hourcade”. Otra: “El rugby no se agota en el juego. El crecimiento de un club comienza en la educación”.

Cada tanto, Edgardo se acerca a la mesa para contarle de cómo está creciendo su querido Tafí Viejo Rugby Club, del que es dirigente y entrenador. Branca se interesa en el tema, le da su número y le ofrece conectarlo con alguna ONG que le dé una mano. “A mí me gusta hacer cosas por el rugby de la periferia. La realidad está ahí, en los clubes, no lo que estamos viendo en la tele. Eso es Hollywood”, compara Eliseo, que una vez por semana conduce 300 kilómetros para entrenar un equipo en la municipalidad de Carlos Casares.

La tarea defensiva de los Pumas en el primer tiempo no deja del todo conforme al “Chapa” (“la parte de atrás es el infierno, y del infierno tenés que salir lo más rápido posible, usando el pie si es necesario”), pero en la segunda, el equipo se transforma y empiezan a llover los tries. “Ahí se soltó el equipo. Al final terminó jugando mejor de lo que uno esperaba, porque se abrieron los espacios. Me pareció muy bueno lo de Cordero, y también lo de Cubelli y Lavanini. Me gusta este equipo”, concluye el “Chapa”.

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