¿Quién le teme a Mario Bellatin?

¿Quién le teme a Mario Bellatin?

El escritor mexicano, quien acaba de pasar por Tucumán, forma parte de la galería de los raros latinoamericanos. Su poética convierte a la literatura en inquietante práctica, al texto en una máquina de posibles acciones, prolongada en la imagen y el acto.

CORRESPONDENCIA. Mario Bellatin nació sin su brazo derecho. Su obra, precisamente, aborda el vacío y la falta, así como la importancia de la prótesis. REVISTACANTERA.COM CORRESPONDENCIA. Mario Bellatin nació sin su brazo derecho. Su obra, precisamente, aborda el vacío y la falta, así como la importancia de la prótesis. REVISTACANTERA.COM
19 Julio 2015

Por Carmen Perilli | Para LA GACETA - Tucumán

De origen mexicano, vivió en Perú, estudió en Cuba y eligió México para arraigarse. Descree de América Latina y prefiere enredar tradiciones lejanas: Japón, el Islam y el Judaísmo, culturas fuertemente codificadas.

El narrador se presenta con distintas máscaras como traductor, investigador literario o biógrafo. La Escritora puede transformarse en notario después de haber creado el Golem; el rabino mutar en mujer. Hablando de Kawabata Bellatin afirma: “Se escribe para expresar lo menos. Se mira el mundo para acotar su ruido, no para retratarlo. Se hace literatura para extinguirla, no para prolongarla. No obstante, la literatura nunca muere”.

La belleza, la enfermedad y la muerte son los componentes de un universo narrativo donde resuena la frase: “¿Qué clase de espanto ha sido capaz de elaborar una escritura semejante?” Todas las acciones están vinculadas con la torcedura. Todos los cuerpos son extra-ordinarios; a-normales: sin brazos, sin cabeza, sin piernas. A Bellatin le falta un brazo, es una de las víctimas de la talidomida. Sus libros trabajan sobre el vacío y la falta y la importancia de la prótesis. Mientras Salón de Belleza es metáfora de la escritura: un lugar destinado a la belleza efímera se convierte en moridero; Disecado se basa en el enfrentamiento del narrador con el autor personaje ya muerto. A través del desdoblamiento la obra se propone como “fantasma de la verdad”. El diálogo entre el autor y su fantasma relee su obra, valorando los “sucesos de escritura”, vinculados al teatro y a la performance.

Dos ejemplos: la Escuela Dinámica de Escritores y el Congreso de escritores duplicados. En Biografía Ilustrada de Mishima el personaje sin cabeza, después de su suicidio, escucha una extraña voz que se pregunta: “¿De qué río se nos habla en ese extraño exilio que es la escritura?”. Uno de los dobles del autor lleva bajo sus brazos un libro fantasma, quizá porque, en algún momento, Él tiene claro que en su vida “no había hecho nada más que escribir sin escribir”.

© LA GACETA

Carmen Perilli - Profesora de Literatura

Hispanoamericana de la UNT.

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