04 Julio 2015
Una vecina del barrio O’Connor sufrió un violento asalto, el jueves a la mañana, cuando se dirigía a la parada del colectivo para ir a trabajar. Dos delincuentes la abordaron, la amenazaron y le quitaron todo lo que llevaba.
La víctima, Silvia Graciela Aguirre de 58 años, había salido de su casa en calle Colombia al 4.200 a las 6.40. La mujer, que necesitaba tomar un ómnibus de la Línea 7 para trasladarse a la zona céntrica, donde trabaja como recepcionista en LA GACETA, caminaba hacia calle Lucio V. Mansilla.
En ese momento observó que pasaba una motocicleta con dos hombres a bordo, quienes advirtieron que la mujer estaba sola. “Dieron la vuelta, el que iba atrás se bajó y me apuntó en la frente con un arma de fuego”, recordó Aguirre. “¡Dame la cartera!”, le ordenó el delincuente.
Ella le entregó el bolso, pero no era suficiente. El ladrón le revisó el cuello, para ver si llevaba alguna cadena. Después le tomó la muñeca y le arrancó el reloj que llevaba puesto. Recién entonces escaparon.
Aguirre se dirigió a la seccional 12ª, situada a siete cuadras del lugar del robo, donde los policías le tomaron la denuncia. Dijo que les preguntó por qué no recorrían las paradas de los colectivos en ese horario, que es cuando la mayoría de los vecinos sale a trabajar. “Me dijeron que no podían salir a patrullar porque el móvil está con un desperfecto”, relató la víctima.
La víctima, Silvia Graciela Aguirre de 58 años, había salido de su casa en calle Colombia al 4.200 a las 6.40. La mujer, que necesitaba tomar un ómnibus de la Línea 7 para trasladarse a la zona céntrica, donde trabaja como recepcionista en LA GACETA, caminaba hacia calle Lucio V. Mansilla.
En ese momento observó que pasaba una motocicleta con dos hombres a bordo, quienes advirtieron que la mujer estaba sola. “Dieron la vuelta, el que iba atrás se bajó y me apuntó en la frente con un arma de fuego”, recordó Aguirre. “¡Dame la cartera!”, le ordenó el delincuente.
Ella le entregó el bolso, pero no era suficiente. El ladrón le revisó el cuello, para ver si llevaba alguna cadena. Después le tomó la muñeca y le arrancó el reloj que llevaba puesto. Recién entonces escaparon.
Aguirre se dirigió a la seccional 12ª, situada a siete cuadras del lugar del robo, donde los policías le tomaron la denuncia. Dijo que les preguntó por qué no recorrían las paradas de los colectivos en ese horario, que es cuando la mayoría de los vecinos sale a trabajar. “Me dijeron que no podían salir a patrullar porque el móvil está con un desperfecto”, relató la víctima.
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