“Hubo una explosión, se cayó la pared y nos quemó la casa”, contó un vecino de la fábrica

“Hubo una explosión, se cayó la pared y nos quemó la casa”, contó un vecino de la fábrica

El incendio, desatado en un depósito de velas, cobró tal magnitud que alcanzó a viviendas linderas y tomó cinco horas controlarlo Ocho dotaciones de bomberos, apoyados por camiones cisterna de la Municipalidad, trabajaron durante toda la noche

PÉRDIDAS TOTALES. Algunas paredes cedieron por el fuego y las que habían quedado en pie debieron ser derribadas con máquinas por seguridad. la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso PÉRDIDAS TOTALES. Algunas paredes cedieron por el fuego y las que habían quedado en pie debieron ser derribadas con máquinas por seguridad. la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso
02 Julio 2015
“Estábamos durmiendo, sentimos un ruido, salimos y ya se veía el humo. Después escuchamos una explosión, se cayó la pared y nos quemó la casa”. El relato pertenece a Inés de Jerez y a su esposo Eduardo. Ambos viven detrás de la fábrica “Velas y Sahumerios Tucumán”, que ayer a la madrugada ardió en llamas. El incendio cobró tal dimensión que debieron intervenir ocho dotaciones de bomberos y hasta ayer a la mañana todavía se veían lenguas de fuego asomarse por las ventanas de arriba.

La noche anterior no había dormido nadie en el pasaje Tuyutí al 1.700, en el barrio Ciudadela Sur. El humo había comenzado a invadir a los vecinos pasada la medianoche y fue cuestión de minutos hasta que la cuadra se transformó en una escena caótica: las familias sacaban a los niños y adultos mayores de las casas, había personas sofocadas que recibían asistencia en las ambulancias apostadas en los alrededores y los camiones de bomberos llegaban uno tras otro, con sus sirenas ensordecedoras.

En el caso de Inés y Eduardo, sufrieron la pérdida de la mitad de la casa prefabricada donde vivían con sus tres hijos menores de edad. “Cuando sentimos el primer ruido pensábamos que estaban trabajando, pero después sentimos otro más fuerte y ya se veía el humo. La gente empezó a gritar que se estaba quemando la fábrica”, relataron.

“En menos de media hora tomó todo. No se veía primero porque todo el incendio se produjo adentro, el humo salía por los extractores de aire. Después las chapas se debilitaron y se empezaron a ver las llamas”, describieron. La pared trasera de la fábrica se desmoronó sobre la casa de Inés y Eduardo. “Se perdieron dos habitaciones, la galería y el baño. Perdimos ropa, algunos muebles y un colchón”, precisó Inés. El hombre, por su parte, rescató: “eso es lo de menos, lo importante es que estamos bien”.

Miedo

Luis Ramírez también la pasó mal. El hombre vive al lado de la fábrica de velas con su familia. “Como a las 0.30, mi sobrino, que vive al fondo escuchó explosiones y como si cayeran piedras. Salió, vio humo, nos llamó a nosotros y fuimos a buscar al dueño que vive a la vuelta. Cuando abrieron ya estaba todo tomado y empezó a salir humo y fuego por todos lados”, recordó Luis, todavía aterrorizado por la magnitud del incendio.

“Los bomberos llegaron como a la 1.20 y todavía no lo pudieron terminar de apagar”, comentó ayer a las 11. “Era imposible, estaba todo tomado. Lo único que hicimos fue atinar a sacar las cosas del fondo que dan para ahí. Cuando vimos que se estaba por caer la pared, sacamos todo lo que pudimos”, contó.

Luis resaltó que la situación era insoportable. Dijo que debió mandar a sus hijos a la casa de un pariente porque había demasiado humo y el calor se expandía hasta a 30 metros de distancia. “Mi señora también se descompensó, le subió la presión y se desmayó. A ella la atendió un médico en la ambulancia. Pero mi hijo de 13 años tiene asma y lo llevaron al hospital. Yo quedé acá con mi hijo más grande”, relató. “Todavía estoy con miedo -confesó Luis-. Se quemó algo de ropa que estaba en la soga y se rompieron varias cosas: una pared, el asador, la galería del fondo, dos cajitas de herramientas que tenía y otras cositas que todavía no pude revisar. Dicen que el dueño se va a hacer cargo”, agregó esperanzado.

Posible cortocircuito

A José Scura, el encargado de la fábrica, le avisaron por teléfono que el local se estaba incendiando. “Me acerqué al negocio y vi que salía humo. Abrí la puerta y estaba prendida fuego la parte de abajo. Me da a pensar que fue un cortocircuito por el horario en que se dio todo porque a las 19 se cierra, se apaga todo y no queda nadie”, estimó.

Según dijo Scura, el local contaba con la habilitación correspondiente. “Incluso teníamos más matafuegos de los que nos pedían”, remarcó. Pero, debido a los materiales combustibles con los que trabajan, todo era insuficiente. Scura indicó que en el depósito había casi 200 cajas con 25 kilos de parafina cada una. “A eso con agua lo prendés más, necesita espuma o arena. Recién como a las 6 lo pudieron controlar, cuando cedió una pared y entró un poco de aire, pero ya perdimos todo”, lamentó.

El subdirector de Defensa Civil Municipal, ingeniero Eduardo Valdez, supervisaba ayer los trabajos en el lugar. “Estuvimos acá como a la 1 y dimos intervención a los bomberos, que se hicieron cargo del fuego, con el apoyo logístico de la Municipalidad. Lo más importante era no cortar la cadena de agua porque, en un incendio de esta magnitud, dejás de echar agua cinco minutos y vuelve a recrudecer”, explicó.

“Trajimos camiones cisterna y ocho dotaciones de bomberos: los voluntarios de Bella Vista, Tafí Viejo, Yerba Buena, San Miguel y los de la Policía. También le pedimos colaboración a los bomberos de la Policía Federal, que están en el aeropuerto. Con la ayuda de ellos se logró dominarlo, todavía no se extinguió, calculamos que esto va a llevar todo el día”, estimó ayer a la mañana.

Valdez agregó que, como hubo derrumbes, las máquinas debían retirar los escombros para descartar que quedaran focos de calor. Respecto a las causas, coincidió con Scura: “se supone que pudo ser un cortocircuito, pero eso lo van a determinar los bomberos cuando puedan hacer los peritajes”.

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