Un actor con muchos rostros

Un actor con muchos rostros

En “Vivo”, Marcelo Savignone improvisará historias únicas e irrepetibles en el teatro Alberdi.

TRANSFORMACIÓN. Savignone improvisa con una máscara. gentileza marcelo savignone TRANSFORMACIÓN. Savignone improvisa con una máscara. gentileza marcelo savignone
29 Mayo 2015
Un actor está solo sobre un escenario casi desierto, sobre el cual apenas hay una caja de madera de su alto, un espejo y una silla. En su interior habitan 25 máscaras, 25 personajes, 25 historias, 25 vidas... Cuando Marcelo Savignone toma una, todo cambia y se nutre del público para construir una obra de teatro que nunca más será igual, atravesada por las risas, el llanto y la emoción en estado puro.

“Vivo” es la propuesta unipersonal que se verá esta noche en el teatro Alberdi como cierre de un taller en el cual Savignone desarrolló su técnica de improvisación con máscaras balinesas con artistas tucumanos.

“Las máscaras están dispuestas como soporte poético; han sido entrenadas y habitadas infinidades de veces, pero de igual modo me permito en cada función que ellas me sorprendan. Estoy dispuesto a que revelen algo que no espero, a que me guíen en la construcción del vacío, a tratar de hacer del teatro un experiencia vívida. En el algún lugar, todos buscamos un poco lo mismo con diferentes palabras”, le dice a LA GACETA.

- “Vivo” es un espectáculo improvisado pero, ¿hay alguna propuesta de historia de base?

- En “Vivo” no hay ninguna historia preestablecida; cuando improviso tengo la premisa de realmente improvisar, a diferencia de cuando hago una obra de texto, como la versión de “La gaviota”, de Antón Chejov, que actualmente tengo en cartel, donde todo, absolutamente todo, está establecido.

- ¿Las personas estamos usando máscaras todo el tiempo?

- Sí, hay máscaras sociales de todo tipo, máscaras que se construyen como nuestra presentación en sociedad, en cada rincón de nuestra vida, máscaras que se convierten en mochilas que cargamos por todo aquello que deberíamos ser.

- A partir de la plena improvisación, ¿cuál es la función que más recordás y por qué?

- Cada función es única e irrepetible, y realmente puedo mencionar momentos de cada una de las funciones que he hecho, porque cuando el teatro aparece no se puede olvidar: es como el abrazo o el beso a alguien que amamos; quizás son muchos pero cada uno tiene su lugar en nuestra memoria.

- ¿En qué consiste la riqueza del trabajo con las máscaras balinesas?

- La riqueza de estas máscaras es que nos permiten conectarnos con temas universales. Por su características realistas se acercan a nuestros días, y utilizan lo cómico para denunciar la estupidez humana, nuestras miserias, nuestros miedos, en definitiva se ríen de la comedia humana.

- ¿Por qué decidiste trabajar con ellas?

- El encuentro con estas máscaras fue muy azaroso, misterioso e inspirador. Hace más de 10 años tomé un taller durante un festival en Buenos Aires, dictado por Andrés Peréz Araya. Él había trabajado con la francesa Arianne Mnouchkine (fundadora del Théâtre du Soleil). Me coloqué una máscara, y jamás pude poner en palabras lo que me ocurrió, pero a las semanas me saque un pasaje a Bali (Indonesia) y me fui a buscar estas máscaras. Es ahí cuando mi vida en el arte se transformó. Mi experiencia en el exterior me ha permitido corroborar algunas certezas con respecto a mi búsqueda como actor, director y docente. La sensación tan clara de que uno siempre será un aprendiz en la vida y en el teatro también.

- ¿Las máscaras ocultan o develan algo, llevan historias en sí mismas?

- Las máscaras develan, ya que ellas son el comienzo del teatro. Es decir, poseen las reglas que le dieron origen a nuestro oficio y unas de las reglas más bellas de nuestro arte es que en el teatro las apariencias caen, se develan, y el que miente las paga. Las máscaras adquieren vida sólo cuando la sinceridad y la honestidad del actor aparecen. Ellas tienen sus reglas, sus juegos, y cuando uno las acepta dejan venir al teatro con toda su fuerza, con su historia, con su sabiduría producto de haber observado al mundo durante cientos de años. Colocarnos una máscara conlleva el permiso a dejar de lado nuestro ego y permitirnos ser quien realmente somos.

- ¿Cómo se produce la interacción con el público?

- La interacción comienza desde que el público entra a la platea. Todo modifica la función, desde el silencio al alboroto, desde la risa al llanto, desde el inicio al fin.

- ¿La improvisación es el estado natural del actor?

- Creo que es el estado natural del niño, de la naturaleza, de la vida. El actor, cuando ejerce su oficio, se reencuentra con estos temas; cuando improvisamos nos convertimos en cazadores de momentos, en percibir la vida escénica en el instante que sucede y darle rienda suelta a nuestros sueños.

- ¿Cómo es el proceso de entrenamiento actoral para esta especialización?

- La improvisación es una herramienta más del actor, quien se dedica a este maravilloso oficio se permite pensar el cuerpo como un instrumento, el cual tiene que ser afinado día a día. Como cualquier tipo de entrenamiento hay dinámicas que permiten ejercitar nuestro imaginario y con ello nuestra capacidad de crear en el aquí y ahora. El juego teatral no dista demasiado de cualquier entrenamiento deportivo, con la variación de que cuando se improvisa el desarrollo de la imaginación es primordial.

ACTÚA HOY

• A las 22, en el teatro Alberdi, (Crisóstomo Álvarez y Jujuy).

https://www.youtube.com/watch?v=a9rH6rF1C6k

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