La importancia de recrear el hábito de leer libros

La importancia de recrear el hábito de leer libros

Es uno de los mejores amigos del hombre. Es una puerta a la imaginación, al conocimiento. Nos permite viajar, emprender aventuras, conectarnos con otros mundos, reales e irreales. “¡Cuántas veces la lectura de un libro no ha sido la encrucijada que ha cambiado de curso la vida de una persona!”, afirmaba el escritor estadounidense Henry David Thoreau. El 23 de abril se recordó el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, fecha instituida por la Unesco en 1995 porque el 23 de abril en homenaje a Miguel de Cervantes Saavedra, Shakespeare y de Garcilaso de la Vega, que fallecieron en 1616.

En la oportunidad, la directora general de la Unesco, Irina Bokova, dijo que es necesario redoblar “los esfuerzos para promover el libro, la pluma, el ordenador y todas las formas de lectura y escritura, a fin de luchar contra el analfabetismo y la pobreza, construir sociedades sostenibles y fortalecer los cimientos de la paz”. Señaló que los libros constituyen “plataformas inestimables para la libertad de expresión y la libre circulación de la información, que hoy en día son fundamentales para todas las sociedades”.

Respecto de su experiencia con el libro, el laureado escritor español Arturo Pérez Reverte, uno de los invitados de lujo de la Feria Internacional del Libro que se está desarrollando en Buenos Aires, señaló en una entrevista realizada por la revista ADN que el libro a veces hace de aspirina, y otras, de veneno. “Hay libros que te dan una lucidez que no querrías tener. No siempre es bueno saber las cosas que uno sabe... El libro es un arma de doble filo: puede salvarte y condenarte, puede llevarte a la esperanza o la desesperanza. Esa es la magia del libro. Por eso es tan importante que el lector esté preparado para leer. No cualquiera puede leer cualquier libro, asombrosamente, aunque la gente cree que sí. Hay un proceso lector. Y un lector debe formarse desde niño, por eso hacen falta buenos maestros que vayan enseñando a leer en cada momento, para que cuando el lector llegue a los libros que te cambian la vida y la cabeza (aquellos que te pueden demoler certezas, amores, lealtades, tronos, religiones, dioses, héroes), esté lo bastante ‘vitaminado’ para poderlo encajar sin que eso lo destruya o lo perturbe”.

El novelista alertó respecto de la pérdida del hábito de leer libros. “Antes veías en el subte, el autobús o en la cola del médico gente leyendo, pero ahora no, están todos mandando e-mails, WhatsApp, mensajes. Esa hora y media de ocio que el usuario razonablemente culto dedicaba a leer para entretenerse, ahora la usa para responder correos. Hasta los que somos lectores habituales leemos menos tiempo. Sospecho que a medida que pase el tiempo, esto irá a más. No es que se lea por otros medios, sino que se está dejando de leer”, aseveró.

Sin duda, es necesario promover con énfasis la recuperación del hábito de lectura, no sólo entre los niños, sino también entre los padres y especialmente en los docentes. Si un maestro no lee, difícilmente pueda inculcarle al alumno el placer de la lectura. Cada escuela podría tener su grupo de niños lectores y narradores y organizar encuentros o certámenes interescolares. Se debería impulsar desde la escuela el estudio de los escritores tucumanos; sus obras son prácticamente desconocidas porque no se las enseña y tampoco se las difunde. Si leyéramos más y buenos libros. posiblemente tendríamos mejores ciudadanos y dirigentes.

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