La cancha transforma el paisaje

La cancha transforma el paisaje

04 Octubre 2014
Juventud Unida todavía no cuenta con cancha propia, pero no falta demasiado para tenerla. Por ese motivo, el equipo practica en la cancha que está a pocas cuadras de la entrada del barrio. Llegar hasta el lugar hizo confirmar empíricamente varias teorías.

La primera, aquella que Vizcarra enunciaba en el primer contacto telefónico. “Eh... ¿qué pasa?”, pegó el grito el entrenador desde dentro del auto. Ver su rostro y escuchar el alarido bastó, por fortuna, para que un joven desistiera de arrojar una piedra hacia el fotógrafo de LG Deportiva. Era verdad: Vizcarra es conocido en El Sifón.

La segunda hipótesis en confirmarse, forma parte del imaginario colectivo sobre el lugar. “Porque seamos humildes, no quiere decir que todos seamos una m...”, establece Vizcarra.

El pensamiento circula poco afuera de El Sifón, sin conocimiento alguno por parte de la gente, pero con fuerza adentro, establecido con certeza por Vizcarra que lo vive. Tras el intento de recibimiento con violencia, en la primera cuadra nomás los colores de un grafitti dan lugar a otra percepción.

La plaza renovada y bien conservada, hasta el momento, en una esquina genera esperanza también, aunque Vizcarra advierte que a la noche los juegos no son tan sanos por allí. Luego de muchos zigzageos la cancha aparece. Dos pequeños arcos, pintados con los colores municipales, son el único indicativo que ahí se juega al fútbol porque la superficie, casi de ripio, es mejor para riña de gallos que para jugar a la pelota. Pero eso va a cambiar porque los trabajos se suceden gracias al compromiso que tomó la Municipalidad de la capital. El mentor de este proyecto, luego de golpear muchas puertas, le atinó a la indicada para que le cedieran el terreno y lo limpien, o mejor dicho, lo hagan mutar de basural a potrero. Todo Juventud Unida derrochó alegría, pero la vecina, que prefirió no dar su nombre, destellaba felicidad. “Antes esto era una suciedad”, dijo estirando el sonido de la a y posando la palma derecha en el costado derecho del rostro.

Para entrar a su casa, hace tres meses atrás, la vecina y su familia debían sortear escombros y todo tipo de basura. En un tiempo más, la máxima molestia que tendrá, es que los chicos griten demás durante los entrenamientos o partidos. Un buen cambio, más aun si se tiene en cuenta lo que pasa unos cuatro metros más abajo del nivel de su casa. El viejo canal, receptor de toneladas de residuos, recibe ahora los últimos trabajos de la motoniveladora que lo limpió. Ahora es una calle como cualquier otra por donde podrán llegar los autos directamente desde la avenida República del Líbano explicó Miguel Antonio Vallejo, Subdirector de Obras Públicas de la Municipalidad, que coordina las obras en el predio.

El punto exacto de ubicación, todavía es difícil de dar porque las calles no tienen nombre. Será otra tarea para hacer y las ideas ya empiezan a rondar en la mente de Vizcarra. ¿Por qué no ponerle los nombres de los chicos que están becados en los clubes? Y porqué no. Soñar y proyectar sigue costando en El Sifón, pero ahora un poquito menos gracias a Juventud Unida.

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