Cartas de lectores
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03 Octubre 2014

PROPUESTAS ELECTORALES

Sin perder la esperanza, quisiera saber, ya que aparentemente estamos en plena “campaña electoral”, cuáles son los políticos que ofrecen en su programa estas propuestas, para darles mi voto: 1) Tener capacidad moral, ética y psicológica y modificar lo que sea necesario para que puedan acceder a una reelección y nunca más poder ocupar ese mismo cargo. 2) Insistir las veces que sean necesarias hasta hacer comparecer y proceder a su destitución a aquellos que estén sospechados de corrupción si esta se comprobara. 3) Eliminar los fondos para gastos a discreción y que sólo reciban un sueldo fijado en un producto aceptable del salario mínimo vital y móvil para los empleados temporales de las Legislaturas y Concejos Deliberantes (llámense legisladores o concejales) y sólo se dediquen a cumplir con su misión: buscar la mejor legislación en pro del bien común. 4) Establecer un horario mínimo de trabajo para los empleados citados anteriormente. 5) Ídem para los titulares de ejecutivos (gobernador, intendentes, etcétera) y su séquito de ministros, secretarios, etcétera. 6) Que los jueces sean designados respetando el orden de mérito logrado ante el Consejo de la Magistratura para no ser funcional al antojo o conveniencia de cualquiera. 7) Abstenerse de incluir en su lista parientes, así como prohibir el nepotismo en la administración pública. 8) Forjar una administración pública austera, eficiente y depurada de corrupción. 9) Reconocer y revalorizar el profesionalismo de sus integrantes, evitando la mediocridad de los que sólo ingresan sin vocación de servicio y sólo por un salario. 10) Sin quitar los distintos subsidios o asignaciones graciables ir transformándolos en trabajo a fin de que los beneficiarios recuperen su dignidad de personas que ganan el sustento (entiéndase como todo lo que el ser humano necesita para desarrollarse como ser biopsicosocial) con su esfuerzo y no con limosnas que el “señor” Estado les da. 11) Priorizar la salud, la educación y la seguridad y en consecuencia erradicar la corrupción, la deserción escolar y la inseguridad. 12) Jerarquizar los niveles de educación en todos sus niveles. 13) Ser veraces, no ser demagogos, cumplir con la ley y no evadirla. 14) Volver a crear la fiscalía Anticorrupción (quien nada mal hizo nada tiene que temer). 15) Crear un organismo similar al de derechos humanos y establecer que los delitos de corrupción no prescriban. 16) Buscar y aplicar los mecanismos legales reales y prontos para sancionar con la expulsión y/o juzgamientos de los responsables de administrar justicia que no cumplan con su función y permitan dilatar tantos casos de impunidad (sólo por citar algunos: Lebbos, Marchese, etcétera). 17) Realizar el mayor esfuerzo para erradicar la pobreza (pienso que ejecutando lo anterior esto sería más fácil). ¿Es mucho pedir? En números sólo es la mitad de los requisitos para viajar al exterior. ¡Ojalá encuentre respuestas!

José Cermignani
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INSEGURIDAD

“¡Bajate, bajate de la bici!”, e intentaban voltearme. Entrenaba a la siesta como de costumbre, y me sorprenden dos jóvenes en una moto. Logro escapar, picando cruzando frenando, saltando retomando… hasta unirme a dos ciclistas ruteros. Pegándome una trompada en la espalda, los jóvenes huyen (pura frustración pensé). No es el primer deportista asaltado ni el único caso de violencia en ese día. Estos jóvenes, como yo, usted, o el señor que matea en su jardín o el gerente en su oficina, hacemos esta sociedad que habitamos cotidianamente y a la vez, ella nos hace a nosotros: compartimos un pasado, vivimos el presente y palpitamos un futuro. ¡Común a todos! No se trata de bandos: ellos o nosotros, ni de ricos o pobres, ni de hambre, ni de desocupación (los cartoneros no asaltan gente), ni de más policías. Es cuestión de valores: valores que, mediante las instituciones sociales, logramos instalar en cada uno de nosotros. Si la meta es la consecución de bienes materiales, no cultivamos futuro social. Nos aglomeramos detrás de poder y riqueza: me uno a alguien, o intento vencerlo, en pos de bienestar material. ¿Escandalizarnos ante el secreto a voces de corrupción en los despachos del poder, ante el empresario que construye un dúplex y destruye una calle que mal arregla, o ante legisladores que tuercen interpretaciones para perpetuarse en sus nichos? ¡Importa el bienestar material y cada cual lo hace a su modo, como puede! Pero no es lo mismo ser ministra de Educación que labriego, ni ministro de Seguridad que policía, ni legislador que delincuente, ni gobernador que ciudadano común. El cultivo moral no sube escaleras de poder: las responsabilidades, grandes, caben en quienes tienen influencia en nuestras instituciones; sobre ellos pesa el cultivo moral, nuestro futuro colectivo. No es mera inseguridad.

Walter Weyerstall
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DEFENDER A CRISTINA

Respecto de la carta “Defender a Cristina”, de Luis Marcaida (2/10), cabe tranquilizarlo, nadie quiere hacerle daño a Cristina. Cabe preguntarse más, ¿quién defiende a los argentinos de los que le hicieron y hacen tanto daño? La Presidenta está más desorientada que De la Rúa en su último tiempo de gobierno; dice que la amenazó ISIS pero que miremos al norte si la matan… pobre, recemos por nuestra Presidenta. También recordando tiempos no tan lejanos, los Kirchner eran los mejores alumnos de Menem, o sea fueron los que se beneficiaron con todo el vaciamiento del país (veamos su riqueza exponencial) y cuando todo se venía en picada y cuando la bomba le explotó al radical, se reciclaron (como lo hacen siempre y hasta ahora muchos políticos) y el campo los ayudó. El “yuyo” fue muy productivo y al reactivarse la economía se pudo pagar parte de la deuda. Pero que no nos falte la memoria tan reciente, conforme con el crecimiento del país, creció la corrupción y la angurria , la falta de justicia que hasta ahora no frenó la corrupción. Los dólares que “pesaban” para llevárselos del país, la inflación, el desempleo, la miseria, la droga, la inseguridad y el hambre, etcétera, siguieron hasta hoy, toda una larga lista, que quedará para otra carta. Hay que estar atentos. Los aplaudidores pagados de hoy son los que reclamarán, cuando le explote la bomba, al próximo presidente.

Graciela Barros
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INDIFERENCIA

Escuché con verdadero asombro a través de los medios de comunicación las palabras del gobernador como el gran generoso que pagaría la primera cuota a todos los que se acogieron a esta moratoria. Sería loable de su parte que se acordara de los jubilados que aportaron toda su vida y que no dejaron de luchar para conseguir con sus continuas marchas de los miércoles que el Gobierno les reconociera el 82% móvil y pagara también a los docentes jubilados la deuda de retroactividades de cuatro años. ¿Es posible tanta indiferencia ante las necesidades de otros? Aquí en esta provincia sólo importa la política de conseguir captar más votos para las próximas elecciones; es este el objetivo primordial del gobierno. Creo que es tiempo de razonar y saber elegir a la hora de votar, estamos cansados de tantas promesas que no se cumplen. Los jubilados de la Plaza, como todos los conocen, fueron desapareciendo por problemas de salud y aún así esta situación no conmueve a un Estado indiferente y frío al que sólo le preocupa continuar en el poder. Las grandes torres también se derrumban. Gobernador, acuérdese de los que más necesitan y haga patria cumpliendo con su deber.

Marta Lizárraga
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Los violentos

Así como desde hace muchos años en el ámbito de la medicina infantil, se utiliza el principio de la “protección a la infancia” o “protección a la niñez”, en nuestra cultura (o incultura) ciudadana, en las disparatadas épocas que vivimos deberemos incorporar un nuevo slogan, el de “protección a la violencia”. Pues no deja de asombrar e indignar a los habitantes de este “reino del revés”, parafraseando a María Elena Walsh, el dejar en libertad a un “motochorro”, autor de un hecho de violencia armada para asaltar o arrebatar, o como lo quieran llamar, pues fomenta la reiteración del hecho. Lo mismo ocurre con los barras bravas, denominación que no condice con la de simpatizantes o hinchas pacíficos de un club que va a alentar y disfrutar de un espectáculo deportivo. Muchos de estos “barras” violentos también gozan del privilegio de estar libres, pese a que van armados y drogados con objetivos e intenciones muy diferentes. Resulta incomprensible la impunidad con que actúan ambos tipos de delincuentes, lo que hace que ya no se pueda caminar por determinadas calles de la ciudad, pese a que hay muchos más policías que antes. Surge inevitablemente la pregunta, ¿estarán vigilando? Y en el caso del fútbol, que ya no se pueda ir a un estadio sin correr riesgos, entran alcoholizados, muchos drogados y hasta armados, a alentar (¿?) o sembrar violencia, tienen su lugar preestablecido, su pase libre, a entrenamientos, dependencias de clubes, viajes al interior y exterior, a seguir demostrando su abominable agresividad e incultura. ¿Cuál es la razón de esta inacción? ¿Cuál es la diferencia entre un barrabrava, un patovica, un guardaespaldas o un puntero? Todos son “violentos a sueldo”. ¿No sería más sensato y menos hipócrita saber quién les paga o investigar por qué no es condenado un delincuente con pruebas que lo identifican como autor de un hecho? Todas las religiones lo dicen: “Buscar la verdad es buscar la paz”.

Miguel Ángel Sáez
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TARJETA CIUDADANA

¿Podría hablarse de discriminación por parte de la línea 19 ByV cuando se les exige a los pasajeros que cada uno suba con una Tarjeta Ciudadana? ¿Acaso no pensaron que hay gente que no la tiene porque no la usa o no puede sacarla? ¿Dónde se encuentra la gente que debe hacer respetar los derechos del consumidor? ¿En qué parte del reglamento dice que una persona no puede pagarle el boleto a otra? Por favor, que alguien vea esto ya que muchas veces suben mujeres con niños y ancianos que necesitan de alguien para viajar y también las otras personas a quienes los conductores no tienen problema en hacer bajar de la unidad. Gente de Transporte, revean esta actitud por parte de esta línea, deben pensar que por tener colectivos nuevos y con aire -agradecidos por cierto-, pueden pedirle lo que sea al pasajero. Que las personas responsables tomen cartas en esta asunto, todos tenemos derecho a viajar en libertad en el transporte colectivo de pasajeros que por cierto es público.

Diego Gil Olarte
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ODONTOLOGÍA

Hoy se celebra el día de la Odontología Sudamericana. Los odontólogos somos artesanos y científicos. ¡Un saludo muy grande a todos los colegas!

María José Lobo
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Casa del Obispo Colombres

He coordinado el equipo de investigadores del Instituto Superior de Estudios Sociales (UNT-Conicet) que asesoró a la Municipalidad de San Miguel de Tucumán en la elaboración de los contenidos para la actualización museológica y museográfica del Museo de la Industria Azucarera Casa Obispo Colombres. En tal carácter debo refutar la arbitraria impugnación que el lector Félix A. Martínez efectuó desde esta sección a tales contenidos. 1) La figura de José Eusebio Colombres es omnipresente en el Museo: dos bustos, una estatua, un retrato, un panel; 2) No se falta el respeto a su figura llamándolo “cura” una sola vez (una como “obispo”, dos como “sacerdote”, una como “presbístero” y cuatro como “Colombres” a secas); 3) No hay ningún texto que pueda considerarse de “irrespeto” a la Iglesia Católica ni al papa Francisco; 4) Wenceslao Posse es mencionado en dos salas y hasta se exhibe un busto de este industrial; 5) Es también falso que no se mencione a Alfredo Guzmán. En el panel titulado “Empresarios, políticos, filántropos” puede leerse: “En 1923 se construyó el Instituto de Puericultura ‘Alfredo Guzmán´, con fondos del propietario del ingenio Concepción”, al lado de una imagen del reconocido industrial; 6) Junto a las imágenes de Colombres, W. Posse y Alfredo Guzmán, están exhibidos cuadros de los empresarios M.M. Nougués, E. Padilla, J.M. Terán, L. Quinteros, J. Posse, M. García Fernández, R. Frías, J. Padilla y S. Peña, por lo que sólo una mirada caprichosa puede afirmar que la incorporación de las imágenes de los dirigentes obreros Benito Romano y Atilio Santillán y del dirigente cañero Gaspar Lasalle denotan un enfoque “parcial” e “ideológico” sobre la historia que se nos encomendó sintetizar. Si esto último lastimó la sensibilidad del lector Martínez, lo lamento. Pero los obreros del surco y de ingenios y los cañeros también fueron protagonistas centrales de la actividad azucarera. No incluirlos en un museo que aspira a difundir conocimientos con fundamentos científicos sería falsear la historia.

Daniel Campi

Instituto Superior de Estudios Sociales (UNT-Conicet)

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POLICÍA TORTURADOR

Estoy totalmente indignado con el video del policía torturador, y aún mas con los comentarios a favor. Según nuestra Constitución, hasta que no haya condena, toda persona es inocente, y aun si fuera culpable, no estamos en la dictadura para avalar este tipo de tratos. En segundo lugar, si está procesado por un delito, lo está exactamente igual que varios funcionarios del Estado, y varios de los llamados “hijos del poder”, usureros, estafadores, los llamados delincuentes de guante blanco... ¿ustedes se lo imaginan al policía torturando a alguno de ellos? Nos saquemos las caretas. Esto no es la ley de la selva, hay leyes, y si no, no seamos hipócritas, cambiemos el art. 18 de la CN y pongamos que las cárceles serán sucias para castigo y sufrimiento de los reos y no para resocialización, al menos nos quitaremos las caretas. Yo me hago estas preguntas: ¿y si el pibe este no tenía nada que ver? ¿Y si era un “perejil” que le armaron una causa? ¿Y si es inimputable por algún motivo? ¿Adónde se van a meter todos los que festejaban este acto bárbaro y primitivo? Y aun si fuera culpable, hay penas privativas de libertad, multa, inhabilitación, etcétera, pero que yo sepa, torturas, no. Vi comentarios diciendo “se lo merece por robar”, en ninguna nota leí que estaba detenido por robo, o que estaba condenado. Nadie sabe la causa, ni conoce el expediente, existe una especie de estigmatización automática, una vergüenza.

Abdel Kebir Kanan
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LEGISLADORES (I)

Motiva mi carta la columna publicada en este diario que firma el respetado periodista Rubén Rodó (2/10). Al igual que el redactor de la nota me encuentro en total desacuerdo con las cifras percibidas por los legisladores en concepto de gastos sociales. Ahora considero que se debe atacar al sistema y “no” a los contados opositores que con tanto sacrificio han llegado al honorable recinto del pueblo. Como todos saben, son 42 los legisladores oficialistas y siete los opositores, que desde sus bancas tratan de hacer un contrapeso imposible. Es la oposición la que le dará a Tucumán un futuro diferente, o por lo menos una opción de cambio a este modelo injusto al cual titularon “la década ganada”. Entonces le propongo a este estimado periodista que ataquemos al sistema, que cambiemos para que sea más transparente la institución, para que ni oficialistas ni opositores tengan posibilidad alguna de malversar dineros del pueblo. No condenemos al perro si la rabia es la epidemia. En todo caso, instemos a los legisladores opositores a la presentación de un proyecto para que se cambie por un sistema diferente.

Jorgelina Pagnutti
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Legisladores (II)

“Las prebendas (los tristemente famosos ‘Gastos sociales’) las recibe la totalidad del oficialismo y de los opositores. Unos más y otros menos, según el grado de sumisión. El silencio no es salud sino complicidad”, sostuvo con precisión el columnista Rubén Rodó (2/10), añadiendo una lista de los silenciosos legisladores opositores que reciben el emolumento: de la UCR, del PRO, de Fuerza Republicana y de la Democracia Cristiana; es decir todos. Todos. Y como hace unos días monseñor Rossi advertía acerca de su virulencia ya que además de carecer de controles, esta práctica (tanto del que la da como del que la recibe), vulnera la institucionalidad republicana y corrompe el orden, la confianza y la moral públicas, no se trata de un asunto menor. El Evangelio (Lucas, 16.10) dice que el que no es honesto con lo poco jamás podrá serlo con lo mucho. Y Perón sostenía que la cualidad esencial del político no es ni la capacidad intelectual ni los títulos académicos, sino su moral. Su moral. Por eso, hoy más que nunca, conviene a los tucumanos recordar que de entre nosotros hay al menos uno (y con uno solo el Señor perdonó a toda una ciudad de pecadores), un político de rancia estirpe peronista, que siendo legislador no solamente se negó durante dos períodos siquiera a tocar ese dinero sucio, sino que denunció al Poder Judicial la existencia de semejantes manejos en el corazón del Poder Legislativo bajo la aquiescencia del Ejecutivo. Luego de mucho barullo todo quedó en la nada; este político tucumano quedó acorralado por el poder estatal, la opinión pública seducida por bolsones y cordón cuneta, y la provincia en manos de una corrupción institucionalizada. Reconocida su honestidad por destacados periodistas de Buenos Aires y hasta por gobiernos europeos, espero que Renzo Cirnigliaro vuelva al ruedo y sea el paradigma de nuevas generaciones de tucumanos que necesitan recobrar su fe en la política para comprometerse con la felicidad del pueblo y la grandeza de la patria.

Arturo Mario Arroyo
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LA VERDAD REINANTE

El lector Francisco Centurión (carta “La verdad reinante”, del 1/10), está en claro desacuerdo con la mía del 29/9. Evidentemente, esa misiva no fue bien interpretada por dicho lector, y hago la expresa salvedad de que mis cartas sobre este o cualquier otro tema, jamás llevan intencionalidad de descalificar a otras personas o polemizar con ellas por el solo hecho de tener un pensamiento distinto del mío. Ahora bien, en cuanto a algunos conceptos vertidos por el señor Centurión, deseo puntualizar lo siguiente: 1) En momento alguno me jacté o “ufané” de ser el poseedor de la “verdad reinante” y mucho menos “arrogantemente estar avalado” por alguien que vivió en el año 4 a.C, sencillamente me identifiqué con algunas de sus frases célebres. 2) No tengo “animosidad” alguna, ni pretendo “ensuciar” la figura de nuestra Presidenta y, en todo caso la “mala intención” -de existir- no es mía, sino de la central de la base de datos de los Tribunales federales que almacenan dicha información, y de algunos medios periodísticos por hacerla pública. Finalmente deseo aclararle que soy al igual que Ud., un ferviente defensor de la pluralidad de pensamientos, y que mis expresiones o conceptos no llevan encubierta animosidad contra persona alguna, solamente hacer público una distinta forma de pensar, analizar y ver las cosas.

Héctor Gordillo
[email protected]


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