Un niño con obesidad vivirá menos años que sus padres

Un niño con obesidad vivirá menos años que sus padres

La patología se expande favorecida por problemas intrafamiliares, malos hábitos alimentarios y la ingesta precoz de jugos, gaseosas y golosinas

CONTROLALE EL PESO. Dale agua en lugar de gaseosas y no lo obligués a terminar el plato de comida. healthgreatness.com CONTROLALE EL PESO. Dale agua en lugar de gaseosas y no lo obligués a terminar el plato de comida. healthgreatness.com
06 Agosto 2014
La obesidad infantil es un problema de salud que preocupa a las autoridades sanitarias del mundo, tanto o más que la obesidad en los mayores. Y sobran razones. “Los niños que hoy padecen obesidad vivirán menos que sus padres, porque las enfermedades asociadas al exceso de peso -como diabetes tipo 2, hipertensión arterial y depresión leve a moderada, entre otras- les reducirá las expectativas de vida”, sentenció el doctor Francisco D’Onofrio, referente del Programa Provincial de Atención Integral a la Obesidad (PAIO).

Para frenar la epidemia de obesidad infantil , el especialista tucumano considera que todos los países del mundo deberían instrumentar las sugerencias del relator de la ONU, doctor Oliver De Schutter: 1) la obesidad debería transformarse en una política de Estado; 2) se debería regular la publicidad de alimentos infantiles poco saludables, que utilizan dibujos animados y otros recursos para atrapar el interés del futuro consumidor; 3) promover -mediante la exención impositiva- la producción de frutas y verduras para que bajen sus precios y estén al alcance de la población con menores recursos 4) dejar de subsidiar los aceites y harinas para que la gente deje de comer tantas frituras y 5) aumentar el impuesto a las gaseosas y comida chatarra, como se hizo con el tabaco para ayudar a la gente a dejar de fumar.

“La sensibilización sobre el problema de la obesidad aún no ha llegado a todos los sectores de la comunidad, salvo al de la salud. Es necesario que las demás áreas de los gobiernos se involucren”, reflexionó D’Onofrio.

- ¿Por qué hay tantos niños con obesidad?

- La adicción a la comida en los niños es multicausal. Influye el hecho de una madre ausente, que está separada, que trabaja fuera del hogar, que no tiene vivienda, que consume alcohol, que no atiende a sus hijos como debiera ni propicia la mesa familiar; los padres que están en prisión o son maltratadores y otras irregularidades en el seno familiar estresan a los niños y causan el 20% de la obesidad infantil. Otro trabajo argentino hecho por la Sociedad de Obesidad y Nutrición mostró que los niños prefieren consumir alimentos dulces porque a los seis meses de vida sus padres le daban jugo y gaseosas en mamaderas y porque los abuelos les regalan siempre todo tipo de golosinas (una vieja costumbre). Esto exacerba en el niño la elección de las bebidas y comidas dulces hipercalóricas.

- Son adictos a las gaseosas...

- ¿Qué niño pide hoy tomar agua? ¡Ninguno! Muchas familias no comen si no está la gaseosa en la mesa. Otras malas costumbres: le sirven el plato de comida, el niño come la mitad y los padres lo obligan a comer todo, o le dan plata para que compren galletas y golosinas ¡Craso error! Les exigen que ingiera más calorías que las que necesita...

- ¿Y la predisposición genética...?

- Dejando de lado lo genético y alguna causa hormonal (hipotiroidismo) la obesidad infantil se genera por los malos hábitos alimentarios en la casa y porque la industria fomenta el consumo de productos con mucha, sal, grasas y azúcar. Hay que volver a la comida casera y habituarse a comer más frutas y verduras. Ahora estamos trabajando con el grupo infantojuvenil, ya que el Programa de Salud Nutricional Escolar mostró en 2011 que en Tucumán el 19,3% de los niños de primero a sexto grado (de 6 a 11 años) tiene sobrepeso y el 19,5% obesidad. Los porcentajes son similares: antes, el de sobrepeso duplicaba al de obesidad.

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