Testigos dicen haber estado con Vera el día del doble homicidio

Pudo respirar tranquilo al escuchar que los testigos eran coincidentes con el relato que había brindado de lo que hizo el día en el que mataron a las turistas francesas Cassandre Bouvier y Houria Moumni. Santos Clemente Vera, uno de los tres imputados por el abuso sexual y los homicidios, había declarado en la instrucción que estuvo cuidando la vivienda de Fernando Vidal en la que trabajaba como casero.

María Magdalena Brañes, que también trabajaba en la casa de los Vidal ubicada en el barrio privado Buena Vista, de San Lorenzo, contó ayer en el juicio oral que el 14 de julio de 2011 le habían disparado al perro de la familia, y que al día siguiente (cuando supuestamente se produjo el doble crimen), Vera la ayudó a llevar al animal al veterinario, y que luego estuvieron en la casa hasta las 21 junto al jardinero David Tolaba.

A pesar de que Vera brindó esta explicación al juez Martín Pérez, quien investigó la causa, Gustavo Lasi lo señaló como una de las personas que estuvo con él cuando atacaron a las francesas, y que una de las pericias de ADN indicó que había restos de su piel en el cuerpo de una de las víctimas.

Los otros dos testigos que avalaron el relato del acusado fueron Vidal, el dueño de casa, y el jardinero Tolaba. El primero dijo que estuvo con su familia en Europa desde el 29 de junio al 24 de julio de 2011 y manifestó que le cree a sus empleados sobre el lo que sucedió el supuesto día del crimen. “Creo que Vera es inocente”, aseguró.

Tolaba, en tanto, ratificó lo dicho por Brañes, de que estuvieron con Vera cuando llevaron el perro al veterinario, y que a la tarde tomaron el té en la casa de Vidal.

La jornada de ayer se cerró con la declaración de Francisco Javier Guantay, primo de Lasi, y del periodista Santiago Mendieta Ulivarri, que cubrió el caso en 2011.

Las supuestas fiestas

Vidal se refirió también a las supuestas fiestas que se realizaban en Buena Vista, y que según una hipótesis que fue desechada durante la investigación, fue uno de los posibles escenarios en el que mataron a las francesas. “No tengo conocimiento de que haya habido fiestas allí”, expresó el testigo.

El tribunal decidió pedir un informe a la empresa de teléfonos “Personal”, de los mensajes de texto enviados entre Brañes y Vera el 15 de julio de 2011.