El cajero será un buen aliado durante el viaje a la costa

Rebuscárselas. Esa pareciera ser la receta para hacerle frente a la decisión de muchos comerciantes de la costa argentina que resolvieron no recibir tarjetas, sólo cash. Según el informe que publicó la Agencia de Recaudación de Buenos Aires (ARBA), el 77% de los comercios (restaurantes, paradores y locales) trabaja sólo con efectivo. Una de las razones que esgrime el organismo oficial es que de esta forma evaden la carga impositiva porque pueden vender en negro.

Por supuesto que quienes se perjudican más son los veraneantes que depositan en las tarjetas el grueso de los gastos. “Me parece una situación pésima que acentúa más las ganas de los turistas de irse al exterior”, opinó Jaime Collado, dueño de Coltravel.

Desde la óptica de Juan Carlos Pacheco, titular de la Asociación Tucumana de Agencias de Viajes y Turismo (Atavyt) y dueño de Asatej, al argentino lo siguen hackeando. “Esto obliga al turista a adaptarse y a llevar lo indispensable en el bolsillo”, agregó.

Claves
Así como muchos veraneantes deambulan por los comercios para encontrar mejores precios, con el reinado del “sólo efectivo” se sumó el rastreo de los sitios que permiten pagar con el plástico. Constanza Nardi viajó a Miramar con amigos y si bien reconoció que en la mayoría de los restaurantes no reciben tarjetas, dijo que el turista no se priva de salir.

Donde esto se nota con fuerza es en los paradores de las playas. Aquellos que suelen almorzar junto al mar deben pagar todo con efectivo (al contrario de lo que ocurre en Brasil). “Comprábamos hamburguesas y panchos en la playa donde la hamburguesa costaba $15; el pancho (súper pancho), $11 y un helado, $15”, explicó Pierina Lazarte, otra tucumana que veraneó en la costa. “En muchas estaciones de servicios no te reciben crédito ni débito. Ahí es donde más se lo siente”, comentó Mariela Gladys Alderete que actualmente veranea en Mar del Plata con su familia.

“Estas decisión de los comerciantes se da, quizás, porque los ya saben que la costa se va a llenar de turistas y que van a consumir igual”, aventuró Pacheco. Actitud que podría ser leída como otra más de las famosas “avivadas argentinas”.

Los que ya renegaron con los precios excesivos en los alquileres y tarifas de hoteles que ofrece la costa, ahora seguramente tienen una razón más para protestar. “El Ministerio de Turismo debería promocionar las ganas de que los argentinos se queden en la costa. Los precios están altísimos y estas actitudes de prepotencia no acompañan lo que el gobierno pretende”, añadió Collado.

A modo de comparación explicó que a una familia de cuatro integrantes que va a Cariló, el alquilar un departamento y de una carpa le cuesta el doble que viajar 15 días a Miami con pasajes aéreos y un departamento cerca del mar.

Pacheco coincidió en que los que pueden, pese a todas las restricciones con el dólar y los porcentajes en los paquetes y en las compras con tarjeta de crédito, siguen eligiendo otros países para vacacionar. Según Collado los hacen por dos razones: 1) sigue siendo más barato y 2) por unas cuestión de seguridad.

Paralelamente, Carlos Paz continúa creciendo cada verano y disputándole visitantes a la costa. “No tendrá playa, pero es más barato y tiene buen nivel de hoteles y espectáculos”, reflexionó Collado.