A La Costanera llegó el pavimento, pero el remedio es peor que la enfermedad

A La Costanera llegó el pavimento, pero el remedio es peor que la enfermedad

La calle Guatemala fue pavimentada en la zona del barrio El Trébol, pero los vecinos denuncian defectos en la obra y pérdidas de agua.

A LOS SALTOS. El vecino Fabián Carrazano muestra cómo hay que cruzar la Guatemala para evitar mojarse las zapatillas en el río que corre por la calle. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO A LOS SALTOS. El vecino Fabián Carrazano muestra cómo hay que cruzar la Guatemala para evitar mojarse las zapatillas en el río que corre por la calle. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
03 Octubre 2013
Al final, tanto pidieron los vecinos por el pavimento... y ahora comprueban que ha sido peor el remedio que la enfermedad. Hace un año que vieron cómo la Guatemala al 1.600, casi al límite con el río Salí, pasó de ser un fino corredor de ripio a una calle con todas las de la ley: con hormigón y su correspondiente cordón cuneta, la envidia del barrio El Trébol, en la zona de La Costanera. Pero no todo lo que se pavimenta brilla después: ahora los vecinos tienen que convivir con una permanente correntada de agua y barro que desciende de otros barrios, y que se estanca justo al final de la Guatemala.

Ya no sirven los montículos de ripio para canalizar el agua ni tampoco los pequeños puentes con bloques de hormigón ni mucho menos los ladrillos que instalan los habitantes para acceder a sus casas. El líquido igualmente les moja los zapatos e incluso fue la causa de que mucha gente mayor se cayera, según cuentan.

"Esta calle está lista hace más de un año y, desde que terminaron, nuestra situación ha empeorado. Esto es un río de agua con barro podrido y no se puede caminar. Antes, con el ripio, al menos el agua se absorbía y se podía andar. Ahora es un peligro y el olor es insoportable", aseguró Noemí Lescano mientras muestra sus alpargatas despegadas por la humedad.

Según los vecinos, el agua que circula por la calle proviene de los desagües de las casas de los barrios cercanos pero también de caños rotos que pierden agua potable. "Todo viene a parar acá y se estanca donde termina el pavimento de la Guatemala. Después de mucho pedir conseguimos que la empresa constructora que hizo el pavimento cave una zanja para canalizar el agua, pero de poco sirvió", reclamó Silvia Lescano. Efectivamente, el líquido grisáceo transita a media máquina por el improvisado canal a cielo abierto y se pierde en los pasillos de la villa. Pero el agua sigue estancada en la calle.

Desniveles
El pavimento y las obras de infraestructura que se están realizando en algunas zonas de La Costanera se enmarcan en el plan nacional Programa Mejoramiento de Barrios (Promeba) y la empresa adjudicataria es ByM Construcciones. Los vecinos cargan contra la constructora porque aseguran que calcularon mal los niveles de la calzada. Y aparentemente algo de eso hay, según explican fuentes del Promeba. "Es cierto que hay un problema con los niveles transversales, pero es que la obra aún no está terminada", justificaron, ante la consulta de LA GACETA.

Desde el Promeba puntualizaron lo sucedido: "en realidad, la obra original de pavimento de la Guatemala, en esta primera etapa, llegaba hasta el pasaje San Martín. Pero a pedido de los vecinos se extendió el hormigonado una cuadra más, llegando hasta donde está ahora. Esa ampliación se hizo como un adicional de obra, hace ya un año, y la autorización de ese adicional recién salió hace un mes. En poco tiempo comenzará la segunda etapa de la obra, con la que se abrirá la calle Guatemala hasta el final. La empresa se comprometió a levantar los paños de hormigón que estén mal y corregir los niveles".

Según consignaron, la segunda etapa de la obra está demorada porque implica la reubicación de algunas familias instaladas sobre el trazado de la calle Guatemala. "Todas las modificaciones que hacemos con el programa tienen que tener el visto bueno de los vecinos. Algunos no quieren moverse porque han construido su casa, pero otros acceden", detallaron. De hecho, según indicaron, la arteria tendrá que hacer una curva para sortear una casa de material cuya familia no está de acuerdo con moverse, siempre según la versión oficial.

Postergación
Pero los vecinos de la Costanera, donde todavía no se consiguen pavimentar los estigmas de la pobreza, la delincuencia y las adicciones, están colmados de promesas y para ellos un "dentro de poco" equivale a varios años de postergación. Por eso, se pusieron firmes en su postura: "si a nosotros no nos solucionan esto de inmediato vamos a cortar la autopista por el tiempo que sea necesario", prometió Noemí Díaz, otra vecina de la cuadra.

Mientras tanto, el agua sigue corriendo libremente por la Guatemala y los vecinos salen todas las mañanas con haraganes y palas a levantar el barro estancado antes de que llegue a pudrirse. De los dos lados de la calle se ven vecinos dando saltos desde la mitad de la acera hacia la vereda, evitando así embarrarse las zapatillas o los pies en los casos de quienes andan descalzos.

"Acá ya nos han cambiado el nombre. Éramos el barrio El Trébol, pero ahora somos el barrio Las Ranas: solamente andamos a los saltos", bromea Segundo Albornoz, un anciano que está perdiendo la vista pero no el buen humor.

Expectantes
LA GACETA recorrió la zona el lunes y presenció el nuevo reclamo que le hicieron los vecinos al Promeba y, por su intermedio, a la empresa ByM. En ese momento, los habitantes amenazaban con cortar la autopista de Circunvalación el miércoles (ayer) ante la falta de respuestas. Pero las máquinas comenzaron a trabajar el martes para ensanchar el cordón cuneta y permitir que el agua se escurra más rápido.

"Vamos a ver qué pasa, pero nosotros seguimos sosteniendo que el problema es el agua que viene de los otros barrios. Hay caños rotos por todos lados y después nos piden que ahorremos agua", señaló Noemí Lescano, nada convencida con los trabajos que les prometen.

La SAT culpa a los vecinos
Según los vecinos del barrio El Trébol, en la Costanera Norte, el agua que corre por sus calles es agua potable mezclada con líquidos de los desagües de las casas de barrios aledaños, entre ellos el 2 de Abril. Además, dijeron que desde que asaltaron a los operarios, hace más de un año, la SAT no ha vuelto a la zona. Voceros de la empresa concesionaria del agua aseguran que el sector está en obra, por lo que es normal que surja alguna pérdida; sin embargo, aseguran que no han recibido reclamos. "Los vecinos, para no llenar sus pozos, vuelcan parte del agua de sus casas en la calle y eso es el líquido que se ve, no son pérdidas de agua potable. De todos modos, la SAT todavía no ha recibido las obras por parte de la constructora; están en pleno proceso", remarcó una vocera.

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