Aunque los radares disuaden, las faltas no disminuyen

Levantan el pie del acelerador, frenan en cuanto el semáforo se pone en amarillo, evitan dejar el auto en doble fila. La presencia de las cámaras ha empezado a modificar algunas actitudes de los conductores, afirman en la Dirección de Tránsito. Es cierto, llevan apenas dos días en las calles y es demasiado corto el tiempo como para hacer un análisis, pero los inspectores destacaron el poder de disuasión que poseen: en cuanto los automovilistas advierten la presencia de los dispositivos, se cuidan de cometer infracciones.

Los cinemómetros móviles y fijos (es el nombre técnico de los radares) comenzaron a funcionar oficialmente el lunes. De esta manera arrancó el sistema de fotomultas. Estos equipos detectan vehículos en infracción (exceso de velocidad, violación de la luz roja de los semáforos y estacionar en lugares prohibidos) y les sacan una foto. Los datos van al Tribunal de Cuentas, que le envía la multa al titular del vehículo.

El director de Tránsito de la Municipalidad, Carlos Soto, explicó que los inspectores se sorprendieron porque los radares empujaron a muchos conductores a bajar la velocidad o a respetar los semáforos. De todos modos, la cantidad de infracciones no disminuyó. El lunes se detectaron 160 y ayer algo más: 180. "En dos días no cambió mucho la situación general con respecto a lo que ocurría antes; en Tucumán las infracciones son al por mayor. De todos modos, hemos notado que suelen actuar como elementos disuasivos", dijo.

Como los dispositivos se pueden trasladar de un lado al otro, los operativos se realizan en varias zonas de la ciudad a lo largo del día. Los horarios de los controles van desde las 8 hasta 13 y desde las 14 hasta las 19. Es que los cinemómetros necesitan luz para funcionar.