El fantasma de la crisis sobrevuela arteBA

El fantasma de la crisis sobrevuela arteBA

La pregunta de todos los directamente involucrados es: ¿se notará la crisis en esta edición?

OBRA JUGADA. La imagen muestra parte de La Casita, de Marcos López. LA GACETA / FOTO DE JORGE FIGUEROA OBRA JUGADA. La imagen muestra parte de La Casita, de Marcos López. LA GACETA / FOTO DE JORGE FIGUEROA
Pasada la noche de la inauguración del jueves, donde el glamour de actrices, modelos y actores desfiló ante los atentos flashes de las cámaras, ayer quedó abierta al público la nueva edición de la feria de arteBA. Comenzó a verse el público real de la feria, con las delegaciones estudiantiles y numerosas familias que se acercaron a la Sociedad Rural sencillamente para ver arte.

Y, por supuesto, el comentario de fondo de galeristas, curadores y empresarios fue casi unánime: "qué pesado está el mercado, qué duras están las ventas". ¿Pero se vende? Sí, las grandes empresas compran: Chandon, el Citi y hasta la Tate Modern (museo del Reino Unido) cruzó el océano para adquirir obras, además de otras compañías. Pero poco, muy poco, el coleccionista de clase media alta, que es, en definitiva, el habitual cliente de estas ferias. Por lo menos hasta ahora, porque es un hecho sabido que muchas ventas se cierran horas antes de que termine la feria el lunes.

Ahora bien, desde el punto de vista del arte, siempre vale recordar que se trata de una feria, es decir, de un enorme evento en el que se puede encontrar de todo en las 52 galerías y otros espacios. Hay algunas obras realmente atractivas, "jugadas", como La Casita, de Marcos López, por ejemplo, pero la mayoría no pasa de lo convencional, del nivel standard, se podría decir.

En el espacio denominado U-Turn, participando por una galería alemana, se encuentran unas impactan tres estructuras aéreas del tucumano Tomás Saraceno, quien se ha convertido en una figura internacional. A pocos metros de allí, en el Barrio Joven de Chandon, los jóvenes tucumanos de Rusia Galería exponen trabajos de Agustín González Goytía, Gustavo Nieto, Damián Miroli y unas esculturas muy pequeñas de Sandro Pereira, entre otros.

Barrio Joven es, como lo parecería indicar su nombre, un espacio en el que se apuesta a lo experimental, al riesgo artístico (¿?), pero no hay muchas sorpresas por ahí. La sorpresa, en todo caso, es que hay ventas, como les sucedió a los catamarqueños. Otros tucumanos -residentes en Buenos Aires-, como Mariana Ferrari y Fabián Ramos, también están presentes con sus obras.

Hoy y mañana son los días en los que habitualmente las filas para ingresar se extienden más de una cuadra. La pregunta de todos los directamente involucrados es la misma: ¿se notará la crisis en esta edición? Y no es nimio el interrogante, porque muchas galerías no venden nada en el año, pero siempre pensando en "hacerse la América" en la feria de arteBA.

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