La escasa vida social

La escasa vida social

Quejas que un forastero publicó en 1915

LA CIUDAD EN 1915. Un tranvía, carros y algunos transeúntes circulan por la plácida calle Las Heras (hoy San Martín), al 700. LA GACETA / ARCHIVO LA CIUDAD EN 1915. Un tranvía, carros y algunos transeúntes circulan por la plácida calle Las Heras (hoy San Martín), al 700. LA GACETA / ARCHIVO
En la edición del 26 de agoste de 1915, el diario local "El Orden" publicó unas "impresiones de un forastero", firmadas con seudónimo. El articulista era fuertemente crítico. Afirmaba que era "todo un problema de muy difícil solución", encontrar qué hacer en Tucumán después de la comida.

"¿Dónde poder ir a pasar un buen momento? En los cines, el porcentaje de hombres es abrumador; las compañías de teatro se funden porque nadie va, y pronto no vendrán más por esta causa. Porque parece que la moda, aquí, es la de no ir a teatros ni a nada que no sea reunión de buena sociedad".

Sobre los clubes sociales, prefería no hablar. Decía que al cantante Enrico Caruso, durante su visita, un club le envió rápidamente una credencial de "socio transeúnte". En cambio, cuando llegaron personajes porteños como los doctores Norberto Piñero y Eduardo Bidau, "no hubo club que se quisiera honrar recibiendo la muy grata visita de estos caballeros".

En otro orden, el anónimo "forastero" consideraba que "parece cuento que haya un jefe de Policía y un interventor en la Municipalidad; porque cuando no roban las chapas de las puertas de calle, es porque los ladrones andan borrachos y no dan con las puertas, y menos aún con las chapas".

Añadía: "no sé si aún no te has pegado un golpe en las veredas, resbalándote por pisar cáscaras de naranjas o de bananas". Le parecía que "ni Constantinopla tuvo tanta cantidad de perros como los que se ven aquí". Se preguntaba también "quién duerme tranquilo en las casas de los bulevares, con los gritos de los bomberos, los ladridos y los tiros".

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