Si las mujeres tienen título universitario, los hijos llegan ocho años más tarde

Si las mujeres tienen título universitario, los hijos llegan ocho años más tarde

Las que no terminan la primaria tienen su primer hijo antes de los 20. Las universitarias, recién son madres a los 28. La maternidad ya no es el único proyecto de vida. Los desafíos.

REALIZADA. Lucía Aráoz se especializó antes de casarse y de ser madre; ahora disfruta a full de su pequeña hija. REALIZADA. Lucía Aráoz se especializó antes de casarse y de ser madre; ahora disfruta a full de su pequeña hija.
03 Enero 2013
Tienen casi 30, o más años. Tienen una carrera, sus vidas casi armadas. Prioridades son prioridades, dicen: el estudio, el trabajo y los hijos después... después de varios años. Las mujeres con estudios universitarios completos tienen a sus bebés ocho años más tarde que las que tienen menos años de educación formal.

Mientras las primeras, en promedio, son madres por primera vez a los 27,7 años, las mujeres con primaria incompleta tienen a sus hijos antes de los 20 años (19,8 años). Los datos se desprenden de un estudio realizado en todo el país, publicado el último mes por el Observatorio de la Maternidad.

Esta postergación, vinculada a la mayor cantidad de años de educación formal, también se da entre los varones, aunque es menos marcada que en el caso de las mujeres. Los hombres con educación universitaria completa tienen su primer hijo en promedio casi a los 30 años (29,6). Los que no terminaron la escolaridad primaria se convierten en padres a los 23,1 años.

Las mujeres, cualquiera sea su educación formal, siempre tienen hijos más jóvenes que los varones. La diferencia es de dos años: ellas se convierten en madres a los 23,3 años en promedio, mientras que ellos son padres a los 25,1 años.

Asimismo, el trabajo muestra que cuanto menos estudios tienen las mujeres mayor es la cantidad de hijos que traen al mundo. Entre las más vulnerables, el promedio ronda los cuatro niños y entre las que tienen más estudios la cantidad en general es de dos hijos. Esta realidad se hace muy patente en los consultorios ginecológicos. Sergio Mirkin, jefe de la unidad de Esterilidad y Reproducción del Siprosa, indicó en una nota reciente a LA GACETA que en cuestión de poco tiempo se atrasó 10 años la edad del inicio en la maternidad, especialmente entre aquellas mujeres preocupadas por tener una profesión y estabilizarse laboralmente. De hecho, los especialistas en fertilidad atienden cada vez más casos de pacientes que empezaron a planificar su maternidad pasados los 30 y que, por ese motivo, tuvieron dificultades para quedar embarazadas.

"Educación y maternidad son factores mutuamente interrelacionados. En promedio general, a mayor nivel educativo más tardía es la maternidad. También es cierto que cuanto antes una mujer es madre, más difícil se le hará continuar con sus estudios superiores", aclara Carina Lupica, licenciada en Ciencias Políticas y directora ejecutiva del Observatorio de la Maternidad.

Para explicar este fenómeno, Lupica arranca con la idea de que la maternidad ha dejado de ser el único proyecto de vida de una mujer: hoy ellas combinan sus deseos y responsabilidades familiares, educativas y laborales.

Deseo y necesidad
"Han logrado más años de estudio, desean y valoran su desarrollo laboral y autonomía económica. Pero hay otra realidad: la mayoría de las madres en la Argentina necesitan trabajar sí o sí para sostener económicamente a sus familias: en promedio las madres argentinas aportan la mitad del ingreso total de los hogares", aclara la experta, en una entrevista con LA GACETA.

"La educación y el trabajo son para las mujeres desafíos en los que eligen participar, pero también son una responsabilidad ineludible. Necesitan ingresos para sostener sus familias y para insertarse en puestos laborales de calidad y con buenos salarios , y para eso necesitan contar con mayores niveles de escolaridad. La educación se ha convertido para ellas en un requisito fundamental para su inserción y desarrollo laboral, mucho más que para los hombres", añade.

Según los datos del Observatorio de la Maternidad, en nuestro país cada vez más mujeres son madres al finalizar su período de fertilidad. Y esta postergación no siempre se hace porque así lo desean. Cuando llegan los hijos, conciliar familia y trabajo es el mayor desafío que enfrentan las progenitoras. "A pesar de haber salido a trabajar a la par de los hombres, ellas siguen siendo las principales responsables de las tareas del hogar y de los cuidados de los miembros de sus familias", especifica Lupica.

Su punto de vista es que la dinámica familiar y la sociedad no se han adaptado al profundo cambio social de mujeres madres y trabajadoras.

"Las mujeres asumieron una multiplicidad de roles, lo cual no ha sido acompañado por una reorganización familiar y social que permita atender las necesidades domésticas y de cuidado. Para conciliar trabajo y familia, ellas limitaron su tiempo de descanso y ocio personal, se afectó su salud física y psíquica, y su calidad de vida se deterioró", remarcó la especialista.

En su última investigación "El cuidado compartido en la legislación laboral", Lupica hace una crítica al marco normativo actual, que "fortalece la concepción tradicional de que las mujeres son las principales responsables de los cuidados y los varones son 'trabajadores ideales', sin obligaciones ni deseos de involucrarse en las tareas familiares y del hogar. La discriminación o restricción de beneficios para los hombres reafirma a las mujeres en el rol de responsables casi únicas del cuidado del hogar".

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