"El amor nunca muere", la película que inició una era

"El amor nunca muere", la película que inició una era

Los primeros cortos cantados empezaron a proyectarse en 1928.

HOMBRE ARAÑA. El primer filme de la saga se estrenó en el Majestic. LA GACETA / ARCHIVO HOMBRE ARAÑA. El primer filme de la saga se estrenó en el Majestic. LA GACETA / ARCHIVO
26 Diciembre 2012
Fue el 20 de junio de 1928. En las páginas de LA GACETA, un gran aviso con una extensa y meticulosa información explicaba la función que iba a proyectarse ese día en el Majestic. El aviso daba cuenta de "una formidable innovación en el espectáculo cinesco... la más grande maravilla del mundo". Se trataba del invento del célebre químico doctor Lee de Forest, es decir, las películas parlantes.

El sistema se llamaba Phonofilm y el aviso aclaraba: "no es un fonógrafo que funcionaa base de discos: es algo nuevo, que nadie creía que podría llegar a establecerse. Es la primera máquina inventada en el mundo para fotografiar los sonidos al mismo tiempo que las imágenes". 

El programa de ese día previo al comienzo de la estación más fría del año, en la sala de 24 de Septiembre -entre Chacabuco y Buenos Aires- se inició con las usuales proyecciones de películas mudas: "La casta Susana", con Lilian Harvey y Willy Fritsch, "El jefe de estación", con Ben Turpin, y "El hombre del mar", con Jacques Castelain.

Después, según escribió el historiador y periodista Carlos Páez de la Torre (h), se proyectaron las sensacionales películas parlantes. En realidad, eran cortos cantados por José Bohr o por Conchita Piquer. Es decir, cada corto era una canción. Ese día, con imagen y sonido simultáneo el espectador local pudo deleitarse con "Tenía un lunar, Ainda mais"; "A media luz"; "Niña ¿de qué te la das?"; "La cumparsita", "Jota aragonesa" y "Un viaje a Long Island".Otra fecha clave

Con la llegada del cine sonoro Guillermo Renzi "el zar del cine regional", decidió remodelar al Majestic Palace. De esa manera el local fue dotado de los mejores equipos fabricados en los EE.UU., que Max Gluksman distribuía para América del Sur. El 31 de enero de 1930 fue el día elegido para estrenar no solo las innovaciones tecnológicas sino también la primera superproducción norteamericana con Gary Cooper, "El amor nunca muere". Fue el primer filme totalmente hablado que se estrenó en Tucumán.

A partir de ese año pasaron por la pantalla del Majestic, entre otros, la memorable actuación de Marlon Brando en "Nido de ratas"; el magnetismo irrepetible de James Dean en "Rebelde sin causa"; la maestría de Fred Astaire en "Bailando en la oscuridad"; la fascinante presencia de Liz Taylor en "Ambiciones que matan"; el arte mayor transformado en danza a través de la pareja de Gene Kelly y Leslie Caron en "Un americano en París"; la ingenua pero explosiva sensualidad de Marilyn Monroe en "La comezón del séptimo año"; el conmovedor dramatismo de Jack Lemmon en "Días de vino y rosas"; y la ternura frágil de Audrey Hepburn en "Desayuno en Tiffanys".

La modernidad, la globalización y la revolución tecnológica relegaron a los cines en los 90. El Majestic se volvió sala doble en 1998. Pero solo sobrevivió hasta 2008 y se apagó, como más de los 70 cines que hubo hasta los 90. Pero no fue demolido y podría resucitar.

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