20 Diciembre 2012
Los cuentos de los hermanos Grimm son relatos maestros, narrativas fundacionales que marcaron a fuego la literatura. De hecho, a lo largo del tiempo hubo muchas versiones de estos cuentos, pero la clave para interpretarlos radica en la manera de leerlos. En este sentido es fundamental el lugar del mediador adulto, porque siempre está la crítica sobre lo monstruoso de los relatos y si es correcto que un niño tenga acceso a esos cuentos tal cual fueron concebidos. Sin embargo, una cosa es cierta: los niños no son adultos incompletos. La infancia es, en rigor una edad de la vida que tiene su propia lógica. Y eso es justamente lo que intentaron demostrar los hermanos Grimm. No solo rescataron de la tradición oral historias perdidas en el tiempo, sino que además la escribieron de una manera única y sentaron las bases del cuento tradicional. Después, muchos escritores tomaron esa posta. De hecho, el mismo Juan Carlos Onetti, en "Para una tumba sin nombre" hace un homenaje a los Grimm.
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