Los testigos comenzarán a describir el horror

Los testigos comenzarán a describir el horror

El Ministerio Público Fiscal pidió que se incluya como prueba la identificación de nuevos restos en el Pozo de Vargas

NO ES TUERTO. Albornoz negó ayer tener el apodo con el que lo identifican miembros de las fuerzas y testigos. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA NO ES "TUERTO". Albornoz negó ayer tener el apodo con el que lo identifican miembros de las fuerzas y testigos. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA
30 Noviembre 2012

Antes del final de octava audiencia de la megacausa "Arsenales II-Jefatura II", los fiscales ad hoc Patricio Rovira y Pablo Camuña sorprendieron a la sala. Los abogados consultaron al Tribunal Oral Federal sobre el ofrecimiento de nuevas pruebas. Y detallaron que se trata de tres nuevas identificaciones. 

Las dos primeras son las de Adriana Mitrovich y Horacio Ferreyra. Ambos habían sido enterrados como NN en el cementerio de Tacanas. La información había tomado estado público hace 10 días. La tercera, en cambio, recién se conoció ayer. El Juzgado N° 2, a cargo de Fernando Poviña, confirmó a LA GACETA que los restos de Antonia Romano fueron hallados en el llamado "Pozo de Vargas". La mujer fue denunciada como desaparecida el 20 de mayo de 1976 (legajo Conadep N° 1712). Se trata del tercer desaparecido cuyos vestigios son rescatados de esa fosa común e identificados. Los anteriores habían sido los del ex senador provincial Guillermo Vargas Aignasse y Nilda Zelarrayán.

Finalmente, el Ministerio Público Fiscal pedirá hoy que se incluyan en el juicio esas novedades.

El paso de los imputados

Que desconocían los hechos que se les imputaban. Que no escucharon hablar de las víctimas. Y que si realizaron tareas de inteligencia, no fueron acerca de cuestiones trascendentales para la causa. Además, enumeraron exhaustivamente sus dolencias. En síntesis, esas fueron las coincidencias de los dichos de los 41 imputados de la megacausa, que ayer terminaron de pasar frente a los jueces Carlos Jiménez Montilla, Gabriel Casas y Juan Carlos Reynaga (subrogante).

"No tengo apodos", sorprendió desde sus primeras palabras Roberto Heriberto Albornoz, cuya participación era una de las más esperadas. El ex policía, sobre el que pesan imputaciones por al menos una centena de crímenes de lesa humanidad, es identificado tanto por sus ex compañeros como por testigos como "Tuerto". Si bien se abstuvo de declarar, dejó escapar algunas consideraciones cuando fue interrogado sobre sus datos personales. "¿Tiene antecedentes?", le consultó Jiménez Montilla. "Sólo lo que me condenaron injustamente aquí (sic)", respondió ofuscado y con los brazos cruzados. Sobre él pesan varias condenas a prisión perpetua en diversas causas dictadas por el TOF. "Niego las imputaciones. Nunca di ni recibí órdenes de secuestrar o torturar", añadió.

Albornoz es una de las figuras emblemáticas de la represión en Tucumán y se desempeñó como jefe del D2 (Inteligencia). Testimonios lo señalan como quien comandaba operativos y como un torturador sanguinario.

"Niego los hechos y no declararé", argumentó a su turno el ex policía Luis De Cándido. Luego, expresó que fue condenado "injustamente" por los casos de Marta y Rolando Coronel (causa "Jefatura I") a prisión perpetua. "Lo conocí a (Juan Carlos) Clemente, que dijo que fui torturador y que manejé una patota (en la Jefatura). Pero el que torturaba era él", acusó, tras exponer sobre su estado de salud.

El ex policía Miguel Chuchuy Linares, otra de las caras más reconocidas entre los imputados, reveló que sufre de una enfermedad terminal. y se quejó por las condiciones de vida en Villa Urquiza. "Niego todo; mi padre, que era del gremio de panaderos, fue secuestrado y perdió todo en el Golpe. No me prestaría a hacer algo así", había dicho de acuerdo con la declaración indagatoria que fue leída luego de que se negara a declarar.

Cerrada la etapa en la que los imputados podían hacer uso de la palabra, hoy comenzará una de las más esperadas: la del paso de los testigos. De los 900 ofrecidos, se espera que al menos unos 600 puedan pasar por el estrado.

El secretario del TOF, Mariano García Zavalía, adelantó que se estima que puedan pasar 10 testigos por jornada. "En el caso de los protegidos se tomarán recaudos en cuanto al público presente en la sala de audiencias. Se desalojará solamente en aquellos casos que refieren a delitos sexuales", precisó. La lista de la decena citada para hoy está encabezada por los abogados querellantes Laura Figueroa y Daniel Villagra.

"Es lo más rico del proceso, para que salga a la luz la información que está documentada en los papeles y que se produzca esta cantidad inmensa de prueba", auguró el fiscal Rovira. 

234 crímenes por resolver 

(Los nombres de las víctimas -y casos- aparecerán a diario por grupos, en el orden en el que figuran en los expedientes judiciales) 

Luisa Ana Ibáñez (desaparecida) En mayo de 1977, a los 29 años, fue secuestrada en pleno centro. La vieron por última vez en la Jefatura de Policía a los pocos meses. Todo indica que ocultaron su cuerpo tras el crimen.

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Miguel Antonio Lapetina (secuestrado) Lo detuvieron a fines de agosto de 1976, y lo llevaron a un centro clandestino de detención situado en la zona de Choromoro. Allí le aplicaron torturas. Luego lo llevaron a la Brigada; lo liberaron en 1977.

Francisco Eudoro lazarte (secuestrado) En enero de 1977, fue secuestrado en su casa de Amaicha por personas encapuchadas. Lo obligaron a ceder propiedades mediante amenazas de muerte. Fue liberado tras 45 días.

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Ricardo Daniel Somaini (desaparecido) En abril de 1977, fue secuestrado de su casa en un violento operativo ilegal y llevado al centro clandestino de detención de Jefatura de Policía. Lo vieron por última vez en junio de ese año.

Antonio Domingo Paz (desaparecido) Lo llevaron de su casa de Los Ralos en octubre de 1976, cuando dormía con su esposa y su hijo, de un año y medio. Prestó declaración de modo ilegal, bajo torturas. Todo indica que fue ejecutado.


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