La autocrítica llegó junto con el alivio

La autocrítica llegó junto con el alivio

El plantel sabe que fue un mal partido, pero salir de la zona roja del descenso lo compensa.

EXPLICACIONES. Ricardo Rodríguez consuela a Peña luego de que lo reemplazó por More; el uruguayo, que originalmente juega como defensor lateral y ayer se desempeñó en el medio, no tuvo una de sus mejores tardes pero en la jugada del gol en contra de Caballero fue protagonista. EXPLICACIONES. Ricardo Rodríguez consuela a Peña luego de que lo reemplazó por More; el uruguayo, que originalmente juega como defensor lateral y ayer se desempeñó en el medio, no tuvo una de sus mejores tardes pero en la jugada del gol en contra de Caballero fue protagonista.
05 Noviembre 2012
BUENOS AIRES (Leo Noli, especial para LA GACETA).- La salida del plantel de la cancha de Chicago rozó el vedettismo de una estrella de rock: a las apuradas y bajo un estricto y celoso control de seguridad. En realidad, la comparación no viene a colación de la realidad. La despedida de Mataderos fue veloz por necesidad, no por ganas. Puertas adentro del vestuario había ganas de festejar, de saltar y cantar por un triunfo que se negaba desde Merlo. Pasó demasiado tiempo.

Entre tanta algarabía, el tema del descenso, del promedio, de lo complicado que hubiese sido si esta despedida era sin los tres puntos, pasó a segundo plano. Por un rato, y hasta Olimpo, nadie utilizará la calculadora para dividir por uno, dos o tres temporadas. Se ganó un partido de tres puntos que en la cabeza para los vencedores fue de seis. "Eran tres puntos importantes y los sumamos nosotros" se relame Luis Miguel, un cantante del gol algo divorciado con lo que mejor sabe hacer. "Y bueno, ya llegarán de nuevo, no hay que desesperar", dice el dueño de casi todo el amor de Simoca, que reduce el tema del descenso y demás a un par de líneas.

"Hay que buscar el juego, de ahora en más". Esa frase pisa el sentido de la autocrítica. Rodríguez, el delantero y goleador de la B, asume que el de ayer fue uno de esos partidos olvidables por cómo se jugó, e inolvidable porque ellos volvieron a respirar. Con el triunfo, Atlético superó en la tabla del mal a Independiente Rivadavia y Gimnasia de Jujuy.

Siguiendo la línea del artillero, Cristian Lucchetti no toca la calculadora, sí el rendimiento del grupo. "Fue uno de los partidos más pobres que jugamos nosotros. Lo importante era el resultado", remarca "Laucha", y sigue. "En muchos partidos fuimos superiores al rival y buscamos el resultado pero nos quedamos sin nada. Esta vez no jugamos como lo veníamos haciendo y ganamos. Lo que es el fútbol. Te muestra que no existe la justicia", explica el arquero.

"Siempre hay para mejorar; lo imperativo era ganar. No se jugó bien, pero era el partido que no podíamos perder" grafica Deivis Barone, cuyo inicio en el juego fue algo tormentoso. "¿Viste? Arranqué lindo, ¿no?", bromea el capitán. "Por suerte terminé muy bien", se descarga.

Barone respira aliviado como el resto de sus compañeros. Atlético ganó es noticia porque ganó y no lo será durante la semana por el tema del descenso. No hubo paso en falso. Atlético dio un salto hacia adelante, razonan los de adentro, mientras confirman que nada los sacará del objetivo de pelear hasta el final por los mejores lugares de la grilla de la B Nacional.

Buena semana

"Chau chicos, buena semana para todos", se despide Ricardo Rodríguez con una sonrisa de esas que iluminan. "Nunca pensé ni me sentí condicionado si no nos iba bien", jura el DT, que quiere lo mismo que sus discípulos. Traducir lo hecho en las prácticas en los partidos de 90'. "Tenemos que seguir creciendo", asume no sin antes rendirles tributo a sus jugadores.

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