Otro paso para llegar al ansiado elixir de la juventud

Otro paso para llegar al ansiado elixir de la juventud

El británico John Gurdon y el japonés Shinya Yamanaka, los dos galardonados este año, demostraron que las células adultas pueden ser reprogramadas para desarrollar cualquier tipo de tejido sin recurrir a embriones. Los alcances de un descubrimiento que podría curar el Alzheimer o detener el envejecimiento.

INVESTIGACIONES. Los trabajos en torno al uso de las células madre abren un horizonte inmenso en el mundo de la ciencia genética. HTTP://WWW.LAINFERTILIDAD.COM INVESTIGACIONES. Los trabajos en torno al uso de las células madre abren un horizonte inmenso en el mundo de la ciencia genética. HTTP://WWW.LAINFERTILIDAD.COM
09 Octubre 2012
La ciencia ha conseguido por fin una especie de elixir de la juventud: las células de la piel de una persona pueden convertirse en jóvenes células nerviosas. Y de las células de la cola de un ratón surge un nuevo animal. Para lograrlo, los investigadores programan las células a fin de que retrocedan a una especie de estado embrionario y, después, orientan su desarrollo en la dirección deseada.

El fundamento de estos avances es la técnica desarrollada hace seis años por uno de los científicos que ayer ganó el Premio Nobel de Medicina 2012: el japonés Shinya Yamanaka, de 50 años. Se basó para ello en los descubrimientos del británico John Gurdon (79 años), de la Universidad de Cambridge, quien también mereció el galardón más importante del mundo.

El objetivo de la nueva técnica es que las células rejuvenecidas sustituyan a los tejidos desgastados o sean empleadas para la investigación científica. Pero aún queda mucho por investigar hasta poder alcanzar la curación de los pacientes.

La historia
Hace más de medio siglo, Gurdon puso la herencia genética de una célula adulta en los óvulos de una rana y obtuvo, para su sorpresa, células con cualidades embrionarias. De esa forma, en 1962 Gurdon demostró que las células adultas conservan todas sus características. Así, aunque esas cualidades permanezcan ocultas en las células de la piel o del pelo, estas pueden ser llevadas de nuevo a una especie de estado embrionario. Y Gurdon clonó por primera vez un animal: una rana.

Las técnicas de clonación en humanos son éticamente muy controvertidas y están prohibidas en muchos países. Pero en 2006, Yamanaka y el japonés Kazutoshi Takahashi consiguieron vadear esa técnica. Tras muchos ensayos, Yamanaka descubrió los cuatro genes de control (Oct 3/4, Sox2, c-Myc y Klf4), que introdujo en células de ratones. Estos genes producen una serie de reacciones que generan el rejuvenecimiento de las células.

El resultado se denomina células madre pluripotentes inducidas (iPS). Pero la introducción de genes en la herencia genética está relacionada con el riesgo de cáncer, y al gen c-Myc siempre se le consideró sospechoso. Sin embargo, las investigaciones han avanzado rápidamente. Los científicos consiguieron prescindir uno tras otro de los genes de control para producir células iPS. En 2009, el profesor alemán Hans Schöler presentó células iPS de ratones obtenidas de células madre nerviosas únicamente con la ayuda de un gen de control. A finales de abril de ese mismo año, un equipo de investigación germano-estadounidense utilizó únicamente proteinas de control para reprogramar células cutáneas de ratones. Así se consiguió descartar el riesgo de cáncer adicional que reside en el uso de nuevos genes.

A finales de 2009, científicos chinos consiguieron incluso obtener descendencia de las células de un ratón. Y dos años más tarde, investigadores alemanes lograron obtener células iPS de pacientes con enfermedades de vista. Pero incluso los propios investigadores advierten del riesgo de caer en la euforia.

"La ciencia está repleta de sorpresas", apuntó Yamanaka al recibir otro premio en octubre de 2009. Recordó cómo en sus años de estudiante se demostró que un medicamento del que él pensaba que podría subir la tensión hacía todo lo contrario. Y tras doctorarse, notó que un gen que prometía ser útil para la terapia genética resultó ser cancerígeno. "La tecnología de las células iPS sigue estando en pañales", resumió.

"Nos gustaría ser capaces de encontrar una forma para obtener células de sustitución para el corazón o el cerebro a partir de la piel o la sangre. El punto importante es que estas células tienen que ser del propio individuo para evitar problemas de rechazo y la necesidad de la inmunosupresión", explicó Gurdon.

En tanto, en una rueda de prensa en Japón, Yamanaka dio las gracias a su equipo de jóvenes investigadores. "Mi alegría es muy grande. Pero también tengo un gran sentido de la responsabilidad", advirtió.

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