Otra muerte marcó a la avenida Perón y elevó el reclamo vecinal

Otra muerte marcó a la avenida Perón y elevó el reclamo vecinal

El accidente en el que murió Joaquín Jiménez, hijo del ministro de Gobierno, reavivó los reclamos por más seguridad vial. Las familias de la zona manifestaron que viven con miedo por el ruido de las motos y de los autos.

PIDEN SEGURIDAD. Los vecinos de la avenida Perón señalaron la falta de controles policiales. LA GACETA / FOTO DE OSCAR FERRONATO PIDEN SEGURIDAD. Los vecinos de la avenida Perón señalaron la falta de controles policiales. LA GACETA / FOTO DE OSCAR FERRONATO
02 Septiembre 2012
El desconsuelo se instaló en la avenida Perón por la pérdida de otra vida humana. Pero la muerte de Joaquín Jiménez en la madrugada de ayer fue una más que dejó una marca en el asfalto, una especie de gruta que se sumará a las que ya existen y atestiguan la queja del vecindario por la inseguridad vial.

Las familias duermen intranquilas todos los días, aunque eso luego se transforma en temor cuando llega el fin de semana junto al ruido de las motos y de los autos.

"Tengo miedo hasta de salir a caminar". "Parece que no escarmentaron las anteriores muertes. Queremos vigilancia porque tenemos miedo por los chicos o que una moto se meta en la casa", manifestó Elsa Herrera.

La mujer, de 68 años, describió que las paredes del comedor vibran de jueves a domingo a causa de la fuerza de la velocidad de los automóviles y motocicletas que circulan por la avenida Perón, en un tramo de 5,9 kilómetros. "Por eso me levanto de noche. Hablamos a la Policía, pero no nos atiende", comentó.

"Inauguraron la avenida y ahora es imposible estar tranquilos", agregó Elsa.

Ayer, a las cinco de la madrugada, muchos de ellos salieron de sus hogares al escuchar una explosión; algunos, inclusive, llegaron a auxiliar a los accidentados, siguiendo el instinto, para evitar una mayor tragedia. Alfredo Gómez escuchó un estruendo y socorrió a los jóvenes Mauro Ramón y Emilia Rocío Naranjo. "Aquí, uno escucha una frenada y tiene que levantarse", recalcó el vecino, quien vive a un poco más de 50 metros donde yació el automóvil Audi.

"Siempre fue así. Ocurre desde las obras de construcción de la avenida (Perón). Una aplanadora pisó y mato a uno de los obreros. A partir de ese momento, cada vez que hubo un accidente, hubo uno o dos muertos... se los debe estar llevando (en referencia al trabajador vial). Es pura superstición", reflexionó el vecino.

"Cuando pasan las cosas, recién dan bolilla. Ahora se hablará de que no hay control o no hay reductores de velocidad. Pero toda las noches se escucha pasar a alta velocidad a las motos", agregó Gómez, quien aseguró que trata de que sus hijos no jueguen en el patio delantero de su casa, ni en la vereda, por precaución. Antonia Gómez, de 65 años, vive a 300 metros de la casa de Alfredo, pero la distancia no dividió las opiniones sobre la situación. "Desde que se inauguró la avenida, hace 10 años, aproximadamente, vivimos entre accidentes y muertes. Ya la toman como ruta, no como avenida", reprochó.

Reclamos como "es tierra de nadie", "vivimos intranquilos", "son normales las picadas, "faltan policías y control", fueron constante entre los vecinos de la avenida Perón, uno de los principales corredores de Yerba Buena.