12 Agosto 2012
Desmalezando baldíos. Haciendo pintadas proselitistas. Barriendo calles. En cada barrio, los vecinos sabían a qué político respondía tal o cual grupo dentro de las cooperativas del programa "Argentina Trabaja". Claro, que se trataba sólo de las cuadrillas que hacían ese tipo de labores, más visibles para los habitantes. Y como para que no lo fueran, en algunos casos cumplieron esas tareas con pecheras identificatorias.
Antes y durante las últimas elecciones provinciales (agosto de 2011) a esta redacción llegaron decenas de denuncias sobre el uso político de las agrupaciones. También hubo acusaciones desde la oposición y demandas que llegaron hasta la Justicia.
Desde el oficialismo, en voz baja, hubo dirigentes que se jactaron entre sus pares del número de grupos en los que tenían "punteros".
Precisamente, esos vínculos son los que se pretenden limitar con los cambios que se vienen llevando adelante desde el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.
La reconfiguración de integración de las agrupaciones y, tal como aseguró el ministro de Desarrollo Social (Enrique Zamudio), el alejamiento de algunos dirigentes, buscarán cumplir con el ambicioso objetivo planteado. Desde el inicio, el programa se aplicó en el Gran San Miguel de Tucumán, por la cantidad de población que concentra y por los cordones de pobreza que crecen a su alrededor.
Como consecuencia, en términos políticos, los intendentes de los siete municipios que lo integran fueron los dirigentes que más cooperativas tuvieron bajo su órbita y que, consecuentemente, más obras pudieron captar. Todos son oficialistas, fueron candidatos y lograron su reelección.
Más y menos
De acuerdo con información no oficial a la que tuvo acceso LA GACETA, el jefe municipal que más grupos habría tenido trabajando bajo su mando sería el de la capital, Domingo Amaya, con 34 cooperativas.
Mientras que, con domicilio en la capital, había más de 110 en total. El resto se habría distribuido entre otros dirigentes. Ocurre que concejales y legisladores de la jurisdicción habrían liderado agrupaciones de cooperativistas. En general, los parlamentarios oficialistas, según fuentes del justicialismo, trabajaron en promedio con entre una y cinco cuadrillas.
Amaya habría sido seguido muy de cerca por Daniel Toledo, de Yerba Buena. En la "Ciudad Jardín" habrían actuado 25. Mientras que con 20 se ubicaría por detrás el taficeño Javier Pucharras.
En el grupo que habría alcanzado la quincena, se habrían inscripto tres intendentes: Zacarías Khoder (Banda del Río Salí), César Dip (San Isidro de Lules) y Julio Silman (Alderetes). Al fondo del listado estaría el titular del municipio talitense, Luis Morghenstein, con 10.
Por otro lado, siete delegaciones comunales que se encuentran en el ámbito del Gran San Miguel también lograron contar con algunos grupos de trabajo.
Son los casos de San Felipe, Los Nogales, Cevil Redondo, San Pablo, El Manantial, El Cadillal y San José. Sin embargo, la mayoría de los administradores de esas ciudades perdieron las elecciones y fueron reemplazados.
Antes y durante las últimas elecciones provinciales (agosto de 2011) a esta redacción llegaron decenas de denuncias sobre el uso político de las agrupaciones. También hubo acusaciones desde la oposición y demandas que llegaron hasta la Justicia.
Desde el oficialismo, en voz baja, hubo dirigentes que se jactaron entre sus pares del número de grupos en los que tenían "punteros".
Precisamente, esos vínculos son los que se pretenden limitar con los cambios que se vienen llevando adelante desde el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.
La reconfiguración de integración de las agrupaciones y, tal como aseguró el ministro de Desarrollo Social (Enrique Zamudio), el alejamiento de algunos dirigentes, buscarán cumplir con el ambicioso objetivo planteado. Desde el inicio, el programa se aplicó en el Gran San Miguel de Tucumán, por la cantidad de población que concentra y por los cordones de pobreza que crecen a su alrededor.
Como consecuencia, en términos políticos, los intendentes de los siete municipios que lo integran fueron los dirigentes que más cooperativas tuvieron bajo su órbita y que, consecuentemente, más obras pudieron captar. Todos son oficialistas, fueron candidatos y lograron su reelección.
Más y menos
De acuerdo con información no oficial a la que tuvo acceso LA GACETA, el jefe municipal que más grupos habría tenido trabajando bajo su mando sería el de la capital, Domingo Amaya, con 34 cooperativas.
Mientras que, con domicilio en la capital, había más de 110 en total. El resto se habría distribuido entre otros dirigentes. Ocurre que concejales y legisladores de la jurisdicción habrían liderado agrupaciones de cooperativistas. En general, los parlamentarios oficialistas, según fuentes del justicialismo, trabajaron en promedio con entre una y cinco cuadrillas.
Amaya habría sido seguido muy de cerca por Daniel Toledo, de Yerba Buena. En la "Ciudad Jardín" habrían actuado 25. Mientras que con 20 se ubicaría por detrás el taficeño Javier Pucharras.
En el grupo que habría alcanzado la quincena, se habrían inscripto tres intendentes: Zacarías Khoder (Banda del Río Salí), César Dip (San Isidro de Lules) y Julio Silman (Alderetes). Al fondo del listado estaría el titular del municipio talitense, Luis Morghenstein, con 10.
Por otro lado, siete delegaciones comunales que se encuentran en el ámbito del Gran San Miguel también lograron contar con algunos grupos de trabajo.
Son los casos de San Felipe, Los Nogales, Cevil Redondo, San Pablo, El Manantial, El Cadillal y San José. Sin embargo, la mayoría de los administradores de esas ciudades perdieron las elecciones y fueron reemplazados.
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