30 Junio 2012
Una vez hablé con Badía. Lo entrevisté, o intenté hacerlo mientras sostenía las medias para que no se cayeran. Fue cuando editó "The Beatles x Badía", dos libros y cuatro DVD sobre una de sus grandes pasiones. No pude decirle que lo admiraba, que le debo en parte el ser periodista. Que sus programas y su voz, como las de unos cuantitos más (Víctor Hugo, Dolina, Larrea...) hicieron que me fijara en la radio durante la pubertad. Y de allí al periodismo hubo sólo un paso.
El enseñó como se enseña el periodismo: haciéndolo y mostrándolo sin mezquindad. Su "Imagen de radio sirvió para entender la dinámica del medio más noble y arriesgado, el que despierta pasión y amor, que hace factible la comunicación directa, sin red ni límites.
Ayudó en los 80 a eliminar las fronteras entre las ramas del arte, los géneros de la música, a moldear la ficción y la realidad en una misma batea. Nos hizo menos sectarios, más abiertos y amplios. Mostró en TV a los rockeros que surgían tras la dictadura, junto a los folcloristas que regresaban del exilio. A los románticos los mezcló con los tangueros... Colaboró en hacer de este un mundo más amigable. Y no es poco. Se fue un maestro.
El enseñó como se enseña el periodismo: haciéndolo y mostrándolo sin mezquindad. Su "Imagen de radio sirvió para entender la dinámica del medio más noble y arriesgado, el que despierta pasión y amor, que hace factible la comunicación directa, sin red ni límites.
Ayudó en los 80 a eliminar las fronteras entre las ramas del arte, los géneros de la música, a moldear la ficción y la realidad en una misma batea. Nos hizo menos sectarios, más abiertos y amplios. Mostró en TV a los rockeros que surgían tras la dictadura, junto a los folcloristas que regresaban del exilio. A los románticos los mezcló con los tangueros... Colaboró en hacer de este un mundo más amigable. Y no es poco. Se fue un maestro.
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