El hombre de todas las llaves no sería el único involucrado en las filtraciones del Vaticano

El hombre de todas las llaves no sería el único involucrado en las filtraciones del Vaticano

Por Sabina Dobel - Agencia DPA

27 Mayo 2012
Estaba muy cerca del Papa, más cerca que nadie. El mayordomo personal de Benedicto XVI, Paolo Gabriele, es el sospechoso de ser quien filtraba información reservada a los medios de prensa, confirmó ayer el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.

Desde hace meses, el escándalo conocido como Vatileaks tiene en vilo a la Santa Sede, tras la filtración de temas espinosos como un presunto complot para matar al Papa, casos de nepotismo o mala administración del dinero vaticano. Hace una semana apareció, además, el libro del periodista Gianluigi Nuzzi titulado Sua Santità (Su Santidad), que contiene correspondencia privada de Benedicto XVI, nuevas revelaciones y un anexo con numerosos facsímiles y documentos. El Vaticano anunció una respuesta decidida y medidas legales contra los responsables de las indiscreciones.

Ahora, el ayuda de cámara del jefe de la Iglesia católica se encuentra en una celda en el Vaticano, donde se investiga el caso. En un registro efectuado en su casa se encontró gran cantidad de documentos que no debían estar en sus manos. El Papa reaccionó manifestándose "triste y afectado" por una situación muy dolorosa, según fuentes cercanas al religioso.

Los medios describen al mayordomo, llamado cariñosamente Paoletto, como un hombre elegante. De 46 años, tiene tres hijos y trabajaba en el Vaticano ya en los tiempos de Juan Pablo II. En 2006 se convirtió en el sucesor de Angelo Gugel. Ayudaba al Papa a vestirse, le servía a la hora de comer y preparaba su dormitorio. Viajaba además con él: las fotos lo muestran al lado del pontífice en el Papamóvil. Y tenía todas las llaves: de puertas, escaleras, ascensores, aposentos.

La discreción es la máxima que rige toda la labor de un mayordomo vaticano quien, junto con los secretarios privados Georg Gänswein y Alfred Xuereb, forman la "familia" del Papa.

El propio Vaticano se refirió al goteo de indiscreciones de los últimos meses como Vatileaks, en alusión a la publicación de documentos diplomáticos estadounidenses reservados por parte del sitio en Internet Wikileaks. Los medios italianos atribuyeron el caso a una lucha de poder en el seno de la curia.

Separación forzada

En algunos de los papeles secretos conocidos se hablaba asimismo del banco del Vaticano, el Instituto para las Obras Religiosas (IOR). Por ello, al conocerse que su presidente, Ettore Gotti Tedeschi, había sido forzado a dimitir, se vinculó este hecho con las filtraciones. Sobre todo porque no se dieron a conocer los motivos exactos por los que el consejo de administración de la entidad le retiró su confianza.

La información institucional se limitó a decir que Tedeschi no había cumplido con ciertas obligaciones urgentes, pese a haber sido instado reiteradamente a hacerlo. El propio renunciante dijo que por respeto al Papa no se defendería de las acusaciones: "mejor que me calle, porque si no, diría cosas desagradables".

Detrás de los muros papales se multiplican las preguntas y las dudas. Un sacerdote que confesaba al mayordomo y que lo conoce desde hace muchos años, habló con la prensa bajo condición de anonimato. "Si estas acusaciones son ciertas, a partir de ahora no se podría confiar en ningún ser humano", señaló. Tampoco entiende qué motivos tendría Gabriele para hacer públicos los documentos, añadió el sacerdote, ya mayor. "Él ama a la Iglesia y al Papa", sostuvo.

De hecho, no está claro que una sola persona pueda ser responsable de todas las filtraciones. Por eso no se descarta que haya más detenciones.

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