Una pareja confirmó que para el amor no hay edad

Una pareja confirmó que para el amor no hay edad

Esta increíble historia se inició hace 15 años. Se conocieron en el cementerio, cuando ambos visitaban las tumbas de sus ex parejas.

Y SELLARON TODO CON UN BESO... En medio de aplausos, la pareja prometió vivir juntos para siempre. Y SELLARON TODO CON UN BESO... En medio de aplausos, la pareja prometió vivir juntos para siempre.
21 Agosto 2003
A los 90 años la vida recién comienza. Y quien piense lo contrario que le pregunte a don Armando Varela: a los 92 años decidió casarse con Beatriz Bulacio, de 71 años, para iniciar "toda una vida juntos", llena de proyectos y expectativas.
Esta historia de amor increíble se formalizó ayer en el Registro Civil. Los protagonistas se conocieron nada menos que en el Cementerio del Norte, visitando las tumbas de sus respectivas parejas.
Todo comenzó hace 15 años, cuando Beatriz tuvo que cambiar los días de visita al cementerio, que eran los viernes y los lunes, por aquel domingo 26 de noviembre de 1989. "Era el cumpleaños de mi marido y fui al cementerio a visitarlo. Tenía 56 años cuando enviudé. A pocos metros de la tumba de mi esposo Oscar, estaba Armando llorando delante de la tumba de su esposa. Esa vez sólo nos miramos, pero después coincidimos en los días de visita y comenzamos a charlar. Al poco tiempo ya me visitaba en mi casa", confesó Beatriz, minutos antes de firmar el acta de matrimonio.
"Ella me cuida, me lleva al médico, nunca discute, nos acompañamos y somos muy cariñosos. Yo quiero dejarle a ella mi pensión porque en estos momentos de mi vida, en que casi no veo, ella es todo para mí", confesó el novio, mientras la miraba con ternura.

Ocurrencias
Armando, acompañado por sus dos hijos, unos cuantos nietos y sus tres bisnietos, en el momento decisivo de la ceremonia tomó de la mano a su amada Beatriz, y mirando a los ojos a la jueza le dijo: "prometo hacerla feliz, en lo que me quede de vida".
La pareja se consolidó a poco tiempo de conocerse. Armando decidió llevarla a vivir con él porque Beatriz se sentía demasiado sola.
"Con mi primer esposo no pudimos tener hijos. Sólo me quedaba una sobrina, aunque ya me estaba acostumbrando a vivir sola en mi casa. Después a él se le ocurrió que viviéramos juntos, lo que hicimos al poco tiempo de conocernos. Luego de 14 años de convivencia, Armando me pidió que nos casáramos", reveló la mujer a LA GACETA.

De primera mano
"Mis hijos la aceptaron de primera mano; yo estaba solo y necesitaba una compañía porque ellos tenían sus familias; yo extrañaba la presencia de alguien en mi vida", dijo emocionado Armando, y después sentenció: "los hombres no servimos para vivir solos".
Beatriz comentó que él es un muy buen compañero, que conversan bastante y que le gusta andar "traveseando en el jardín" o en el taller de carpintería que tiene instalado en el fondo de la casa.

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