Esta vez el hat trick no sirvió de nada

OLAVARRIA (Marcelo Androetto, especial para LA GACETA).- Es extraño, pocas veces sucede. En general cuando un futbolista marca tres goles se va feliz de la cancha. Y con la pelota que certifica su hat trick. No fue ese el caso de Gustavo Balvorín, figura y goleador de San Martín en la derrota 4-3 ante Racing de Olavarría.

"Ni me acordé, ahora que me lo preguntás recién lo pienso, hubiese sido bueno llevarse la pelota. Pero uno se va caliente porque lo que más quiere es ganar, siempre", dijo a LA GACETA antes de emprender el viaje en micro de regreso a Tucumán.

¿Se van golpeados? "No cabe duda, nosotros veníamos a buscar un buen resultado, pero las cosas se dieron así y hay que seguir trabajando. Aquí no hay tiempo para lamentarse, es un torneo corto y hay que levantarse rápido", dijo el delantero, que lleva marcados 9 goles en la temporada.

Balvorín lamentó irse con las manos vacías teniendo en cuenta que su rival llegaba golpeado y que varias circunstancias del partido en Olavarría le fueron favorables al equipo ¨santo¨.

"A veces los peores equipos son estos que vienen mal y tienen las ganas de recuperarse. Es más sencillo con un rival que viene bien, confiado, y eso hace que se descuiden más¨, argumentó el atacante que durante la semana no había trabajado con normalidad por un golpe en el tobillo.

"No estaba 10 puntos, pero no me quería perder este partido. Por suerte, terminé sin problemas y con muchas ganas de revertir la situación frente a Unión de Mar del Plata", comentó el goleador ante de subirse al micro.