Guardiola baraja y su equipo da de nuevo

Guardiola baraja y su equipo da de nuevo

Barcelona ganó con el mediocampo campeón del mundo y obligó a que comience otro torneo. Por Sebastián Fest.

NO LO DEJARON EN PAZ. Sergio Ramos persigue a Messi mientras Lass Diarra barre a los pies; los jugadores de Real Madrid pegaron y bastante. REUTERS NO LO DEJARON EN PAZ. Sergio Ramos persigue a Messi mientras Lass Diarra barre a los pies; los jugadores de Real Madrid pegaron y bastante. REUTERS
11 Diciembre 2011
Todo aquello de lo que se venía hablando murió ayer sobre el resbaladizo césped del Bernabéu, porque el 3-1 de Barcelona sobre Real Madrid deja algo en claro: la Liga española vuelve a empezar, y es muy diferente a la que los hinchas blancos veían en sus sueños. "Esto es muy largo, pero es un punto de inflexión para nosotros y nos vamos con la moral muy alta", certificó tras el partido Xavi, autor del segundo gol ayer.

Barcelona y Real Madrid -con un partido menos- tienen ahora 37 puntos, en la cima de la Liga, y los catalanes llegarán al Mundial de Clubes en Japón conscientes de que de ellos depende sumar el cuarto título consecutivo.

El sueño esfumado ayer quizás torne incluso en pesadilla para los hinchas blancos, porque Josep Guardiola volvió a confirmar que la suerte no lo abandona. Su muy personal apuesta de situar al chileno Alexis Sánchez y relegar a David Villa funcionó a la perfección. El y Cesc Fábregas, los dos refuerzos para esta temporada, hundieron al Madrid. Pequeño dato: en el Bernabéu, los de Guardiola ganaron con el mediocampo que le dio el título mundial a España en la final ante Holanda.

Que en la "era Guardiola" Barcelona se haya llevado cuatro victorias y un empate del otrora temible templo blanco, indica que el ciclo azulgrana, lejos de agotarse, se nutre y se potencia con las ansiedades y las frustraciones de su archirrival. El "merengue" llegaba con 15 victorias consecutivas, una inercia ganadora que lo situaba, para muchos, como el favorito.

No les sirvió ayer a los blancos que su entrenador Mourinho moderara en los últimos meses al extremo su imagen pendenciera de la primera parte del año. Y hubo más: en los minutos finales del partido Mourinho se acercó al banco del Barcelona para saludar a Tito Vilanova, el mismo al que le metió un dedo en el ojo en agosto, el mismo del que se burló llamándolo "Pito". El "camino" de Mou, tras un nuevo golpe azulgrana en Madrid, tiene ahora un rumbo incierto.

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