Ninguna máquina supera al masaje manual

Ninguna máquina supera al masaje manual

En pocos minutos las técnicas milenarias liberan al cuerpo de los dolores, despejan la mente, relajan los músculos y devuelven el buen humor.

MASAJE TAILANDES. Con la ayuda de una toalla se estiran los distintos grupos musculares para descontracturar y obtener una relajación total.  LA GACETA / FOTOS DE FRANCO VERA MASAJE TAILANDES. Con la ayuda de una toalla se estiran los distintos grupos musculares para descontracturar y obtener una relajación total. LA GACETA / FOTOS DE FRANCO VERA
04 Noviembre 2011
Son tan antiguos como efectivos. Sirven para relajar el cuerpo, calmar dolores, modelar la figura, reducir la grasa abdominal, energizar el organismo, mejorar la textura de la piel, combatir la celulitis, disipar contracturas de la espalda, mejorar la circulación sanguínea, etcétera, etcétera, etcétera... La lista de beneficios es interminable, como también lo es la carta de técnicas de masajes para conseguir la solución específica.

Los masajes provienen de culturas muy antiguas. Papiros y jeroglíficos antiquísimos dan cuenta de que en Egipto los sacerdotes los practicaban junto a otras técnicas terapéuticas como una forma de curar el cuerpo y también la mente. En la antigua Grecia se utilizaba el masaje como medio para tratar a los atletas y recuperarlos de las lesiones; incluso Homero dejó por escrito en sus textos la importancia de los masajes para recuperar la salud.

En la época románica los masajes eran ampliamente difundidos, asociados a los baños termales. Había masajes relajantes, estimulantes y terapéuticos. Además estaban al alcance de casi todo el mundo, desde los plebeyos hasta el emperador. Se utilizaban como medio para mejorar y recuperar la salud y para mejorar las condiciones físicas después de las actividades gimnásticas.

En origen

China parece ser el lugar donde surgió el masaje, o al menos es donde se desarrolló ampliamente. Los emperadores contaban con masajistas de las categorías más elevadas para tratar sus dolencias. "El masaje en China era una de las técnicas más desarrolladas para el tratamiento de las patologías más extendidas, junto con la acupuntura y las hierbas medicinales", afirma Cecilia Carrizo El Alí, mesoterapeuta e instructora del Instituto de Estética Corporal Cems.

Estudios clínicos han demostrado que el masaje puede relajar el cuerpo y la mente, además de disminuir la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Ayuda en el tratamiento de la depresión, atenúa los dolores en general y combate el estrés. Los masajistas profesionales recalcan que la terapia ofrece efectos globales en la salud, como el aumento de la sensación de bienestar y la autoestima. Puede usarse en bebés, niños, adultos y ancianos por igual. Es muy utilizada en pacientes con discapacidad, o con limitadas posibilidades de contacto físico con otras personas, por lo que el masaje puede convertirse en una eficaz herramienta para el tratamiento de la rehabilitación física o psicológica.

"El masaje es una manera de acercamiento, de conexión con el ser interno, es de aquí que concluimos que una buena técnica de masaje conecta el cuerpo, la mente y el espíritu para armonizar y aquietar el alma", añade la especialista. "Ninguna máquina puede reemplazar las manos de la especialista, que actúan con precisión y suavidad, y transmiten su energía", remarca la masajista Carla Gramajo.

La recomendación del médico es importante antes de someterse a una sesión de masajes, porque puede tener contraindicaciones para algunas personas. También hay que saber que los resultados no son inmediatos, todo depende del problema que se quiera solucionar y de la gravedad de cada uno.

Cuestión de minutos

Una sesión completa de masajes puede durar entre 60 y 90 minutos, por lo general. En algunos casos con una sesión cada 15 días basta y sobra, pero en otras, como en los masajes estéticos, la constancia semanal es fundamental para lograr resultados.

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