El menú en el comedor de la villa panamericana es variado. Pollo, pescado, pasta y verduras forman parte de la dieta diaria de casi todos los atletas. Pero ¿qué pasa con la carne?
"Yo llego a dar positivo por doping y cago a tiros a todo México", advirtió una atleta. La expresión es producto del desconcierto generado por la posibilidad de que la carne de res que consumen en México pueda estar contaminada con clembuterol, una sustancia nociva para la salud y que puede significar sanciones por doping.
La FIFA hizo saltar la alarma. Según el organismo, durante el pasado Mundial Sub 17, que se disputó entre junio y julio en México, unos 109 jugadores dieron positivo por esta sustancia en 208 controles antidoping de orina.
"Si aparecieron 109, por qué no van a aparecer miles acá que somos 5.000 o 6.000 deportistas que estamos consumiendo carne, entonces, yo creo que eso ya es parte de la organización y son ellos los que tienen que tener cuidado", declaró el patinador colombiano Pedro Causil.
La organización aseguró que la carne de la villa sería revisada minuciosamente, y la Agencia Mundial Antidoping (AMA) recomendó comerla sólo en los restaurantes oficiales.
Pero también hay quien no se fía. Por ejemplo, Daniel Garimaldi, entrenador de la nadadora chilena Kristel Köbrich, indicó que "le cortaría las dos manos" a su pupila si come carne en la villa. Por encima de la preocupación de la contaminación, a los atletas parece inquietarles más las largas filas y el picante de la comida. "Estamos acostumbradas a otro tipo de comida. Si no comes carne tampoco hay muchas opciones porque estamos muchos días acá y algo hay que comer, algunas que ya se están sintiendo mal", expresó Daniela Sruoga, jugadora de Las Leonas.