La sangre derramada en el lavatorio del baño

La sangre derramada en el lavatorio del baño

11 Octubre 2011
La personalidad de Julio Cortázar era una curiosa mezcla de ingenuidad, de inocencia y de picardía, tal como lo recuerda Héctor Tizón: "Lo picaresco estaba en su gran sentido de la conversación. Una vez, en Barcelona, nos dijo que nuestro exilio era muy triste y que justo eso era lo que querían los que habían provocado la dictadura. Por eso, no debíamos hacerles el juego". "Él no se dio cuenta de que estaba muy enfermo. Una vez estábamos en lo de no sé quién y la esposa del dueño de casa me dijo: ?Héctor, hace como una hora que Julio está en el baño ¿por qué no vas a ver qué le pasa?? Fui y lo encontré agarrado del lavatorio, que estaba lleno de sangre. Le pregunté si se sentía bien y me dijo que no era nada, que sólo le sangraba la nariz. Él se tomaba casi un bote de aspirinas por día y justamente eso estaba contraindicado para la leucemia que padecía", advierte.

Comentarios