29 Septiembre 2011
Se sabe que utilizamos una pequeñísima porción de nuestro cerebro. ¿Qué pasaría si, de golpe, fuéramos capaces de activar el 100% de nuestra capacidad neuronal? Eddie Morra (Bradley Cooper), un escritor fracasado que anda a los tumbos, lo descubre gracias al NZT, un compuesto experimental al que accede gracias a un amigo. De la noche a la mañana Eddie se transforma en un genio, y al mismo tiempo en una exitosa máquina de hacer dinero que despierta la atención del financista Carl van Loon (Robert De Niro).
Ese es el más que interesante disparador de "Sin límites", un thriller de ciencia ficción más orientado a las preguntas existenciales y a los planteos éticos que a los efectos especiales. La clase de películas que ya casi no se hacen. Claro que esto no implica que no haya acción -de la buena- y un ritmo trepidante en la narración, sobre todo cuando empiezan a aflorar los efectos residuales de la droga que toma Eddie Morra.
Las críticas oscilaron al momento de analizar "Sin límites". Alternaron elogios y con algunas estiletazos, especialmente hacia la labor del director Neil Burger (el mismo que escribió y dirigió "El ilusionista", con Edward Norton y Jessica Biel). Más allá de las consideraciones de los especialistas, el público le dio un formidable espaldarazo a la película, uno de los éxitos del año en Estados Unidos.
Está claro que todo lo que toca Bradley Cooper se transforma en oro. Sólo a intrascendente versión cinematográfica de "Brigada A" (en la que interpretó a Faz) se anota en el debe. El resto se agrupa en la columna del haber, en especial la saga "Qué pasó ayer", cuya tercera parte vendrá pronto en camino.
Una perlita: el papel de Morra era de Shia LaBeouf, pero se lastimó una mano en un accidente de auto y fue necesario encontrarle un reemplazante. Todo salió a pedir de Cooper.
Burger reforzó el cast nada menos que con De Niro (siempre será extraño no verlo en el rol protagónico) y con la bellísima Abbie Cornish, una de las chicas de "Sucker Punch".
Ese es el más que interesante disparador de "Sin límites", un thriller de ciencia ficción más orientado a las preguntas existenciales y a los planteos éticos que a los efectos especiales. La clase de películas que ya casi no se hacen. Claro que esto no implica que no haya acción -de la buena- y un ritmo trepidante en la narración, sobre todo cuando empiezan a aflorar los efectos residuales de la droga que toma Eddie Morra.
Las críticas oscilaron al momento de analizar "Sin límites". Alternaron elogios y con algunas estiletazos, especialmente hacia la labor del director Neil Burger (el mismo que escribió y dirigió "El ilusionista", con Edward Norton y Jessica Biel). Más allá de las consideraciones de los especialistas, el público le dio un formidable espaldarazo a la película, uno de los éxitos del año en Estados Unidos.
Está claro que todo lo que toca Bradley Cooper se transforma en oro. Sólo a intrascendente versión cinematográfica de "Brigada A" (en la que interpretó a Faz) se anota en el debe. El resto se agrupa en la columna del haber, en especial la saga "Qué pasó ayer", cuya tercera parte vendrá pronto en camino.
Una perlita: el papel de Morra era de Shia LaBeouf, pero se lastimó una mano en un accidente de auto y fue necesario encontrarle un reemplazante. Todo salió a pedir de Cooper.
Burger reforzó el cast nada menos que con De Niro (siempre será extraño no verlo en el rol protagónico) y con la bellísima Abbie Cornish, una de las chicas de "Sucker Punch".
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