Entretelones
03 Septiembre 2011
UN CAÑÓN.- Así describió un miembro del equipo técnico del teatro la voz de la soprano Mónica Ferracani. "En un momento dividimos los ensayos: los cantantes trabajaron en el foyer y la orquesta en el escenario. Es tal la potencia de la voz de Ferracani que vinieron de la orquesta a pedir que bajara el volumen".

Trajín infernal.- Si bien parte del vestuario se trajo de Rosario, los atuendos de todos los protagonistas, de los soldados y de los figurantes se hizo en Tucumán. "Fue de locos -contó una de las responsables-. Hubo un momento en que tenía vestuaristas trabajando hasta en los palcos".

Tecnología.- Aída está cantada en italiano, pero está subtitulada en pantalla para facilitar la comprensión de la trama. Además el teatro estuvo monitoreado con varias cámaras de video que permitían no sólo dirigir los elencos "ocultos" sino coordinar los movimientos de todo el mundo.

EN EL SUELO.- Según contó la arquitecta Susana Robles, directora técnica del Ente Cultural Tucumán, las últimas noches el trabajo fue tan intenso que algunos de los técnicos sólo durmieron, en el piso del teatro, unas pocas horas, antes de retomar la labor.

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