11 Mayo 2011
SE SIENTE FUERTE. "Quiero ver crecer a mis dos hijos", le dijo a LA GACETA. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO
Tenía 16 años cuando los médicos le diagnosticaron miocardiopatía dilatada terminal idiopática (de causa desconocida). Desde entonces, José Nicolás Rojas -que hoy tiene 26 años- venía tratando de realizar una vida normal. Pero en octubre del año pasado sufrió una fuerte descompensación que hizo trastabillar su salud, mientras los episodios de síncope se repetían cada vez con más asiduidad debido a las arritmias cardíacas. El martes 3 recibió un trasplante de corazón en el Centro Privado de Cardiología (CPC) y ayer a la mañana -minutos después de abandonar terapia intensiva- charló muy contento con LA GACETA.
La compleja operación duró tres horas y fue realizada por el equipo de ablación e implante que dirige el cardiocirujano Julio Dantur.
"Vivo una experiencia única... Jamás pensé que iba a pasar por esta situación (en alusión a la operación) y, como soy creyente, le doy gracias a Dios por todo lo que me tocó vivir y por la nueva oportunidad que me da. Tenemos dos hijos que queremos ver crecer: Julián, de seis años, y Facundo, de tres" , expresó mientras le tomaba la mano y miraba a los ojos a su mujer María Virginia Pérez. Ella no deja de cuidarlo.
Nicolás contó que trabajó seis años como taxista y que últimamente se estaba desempeñando en una taller mecánico. Es el menor de cinco hermanos; a los 16 años se quedó sin su papá. "Quizás esa pérdida influyó en mi salud, aunque la tengo a mi vieja, Georgina, de 70 años, que estuvo siempre cuidándome...", comenta sin disimular que está feliz y con muchas ganas de hablar. "Cuando el año pasado me descompensé -prosigue su relato- se me venía el mundo abajo: retenía mucho líquido, me dolían las piernas y todo el cuerpo, tenía un cansancio crónico pero no dormía bien. Hace seis días comencé otra vida, totalmente distinta..."
Tanto Nicolás como María Virginia reiteraron que la cirugía no les salió un sólo centavo. "Todo lo cubrió el PAMI. Estamos agradecido a la obra social pero también al personal del CPC porque nos tratan y miman como si fuésemos sus familiares", enfatizó la esposa.
Por su parte, el cardiocirujano Dantur narró que en los últimos 20 días Nicolás sufrió varios episodios de síncope, motivo por el cual tuvieron que colocarle el lunes pasado un dispositivo (cardiodesfibrilador) para que pudiera aguardar la donación de un corazón. Felizmente el órgano llegó de Jujuy, de un donante de 30 años. El operativo -entre ablación e injerto- les llevó unas tres horas. Cuatro personas del equipo médico viajaron en avión a la vecina provincia para realizar la ablación cardíaca y otros cinco quedaron en Tucumán preparándolo a Nicolás para recibir el trasplante. El paciente está evolucionando muy bien y pronto le darán el alta para que termine de recuperarse en su casa. Dantur contó que otros cuatro enfermos cardíacos esperan trasplante en la región.
La cirugía de Nicolás es la vigésima que realiza el equipo del Centro Privado de Cardiología, referente regional de trasplante cardíaco y renal desde hace 14 años.
"Finalizó nuestro calvario en tiempo récord. Es muy importante que la gente tome conciencia sobre la necesidad de donar órganos", indicó aliviada María Virginia.
La compleja operación duró tres horas y fue realizada por el equipo de ablación e implante que dirige el cardiocirujano Julio Dantur.
"Vivo una experiencia única... Jamás pensé que iba a pasar por esta situación (en alusión a la operación) y, como soy creyente, le doy gracias a Dios por todo lo que me tocó vivir y por la nueva oportunidad que me da. Tenemos dos hijos que queremos ver crecer: Julián, de seis años, y Facundo, de tres" , expresó mientras le tomaba la mano y miraba a los ojos a su mujer María Virginia Pérez. Ella no deja de cuidarlo.
Nicolás contó que trabajó seis años como taxista y que últimamente se estaba desempeñando en una taller mecánico. Es el menor de cinco hermanos; a los 16 años se quedó sin su papá. "Quizás esa pérdida influyó en mi salud, aunque la tengo a mi vieja, Georgina, de 70 años, que estuvo siempre cuidándome...", comenta sin disimular que está feliz y con muchas ganas de hablar. "Cuando el año pasado me descompensé -prosigue su relato- se me venía el mundo abajo: retenía mucho líquido, me dolían las piernas y todo el cuerpo, tenía un cansancio crónico pero no dormía bien. Hace seis días comencé otra vida, totalmente distinta..."
Tanto Nicolás como María Virginia reiteraron que la cirugía no les salió un sólo centavo. "Todo lo cubrió el PAMI. Estamos agradecido a la obra social pero también al personal del CPC porque nos tratan y miman como si fuésemos sus familiares", enfatizó la esposa.
Por su parte, el cardiocirujano Dantur narró que en los últimos 20 días Nicolás sufrió varios episodios de síncope, motivo por el cual tuvieron que colocarle el lunes pasado un dispositivo (cardiodesfibrilador) para que pudiera aguardar la donación de un corazón. Felizmente el órgano llegó de Jujuy, de un donante de 30 años. El operativo -entre ablación e injerto- les llevó unas tres horas. Cuatro personas del equipo médico viajaron en avión a la vecina provincia para realizar la ablación cardíaca y otros cinco quedaron en Tucumán preparándolo a Nicolás para recibir el trasplante. El paciente está evolucionando muy bien y pronto le darán el alta para que termine de recuperarse en su casa. Dantur contó que otros cuatro enfermos cardíacos esperan trasplante en la región.
La cirugía de Nicolás es la vigésima que realiza el equipo del Centro Privado de Cardiología, referente regional de trasplante cardíaco y renal desde hace 14 años.
"Finalizó nuestro calvario en tiempo récord. Es muy importante que la gente tome conciencia sobre la necesidad de donar órganos", indicó aliviada María Virginia.
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