Emergencias, cansancio, travesuras y suciedad

Emergencias, cansancio, travesuras y suciedad

08 Marzo 2011
Complejo municipal.- Como si de golpe se hubiera convertido en un concurridísimo centro turístico, las plazas hoteleras de Rosario de la Frontera fueron ocupadas rápidamente el domingo por la noche. Los viajeros que advirtieron antes que el resto que no iban a poder cruzar el río Las Cañas por lo menos hasta la mañana de ayer ocuparon el alojamiento. Por esa razón, a muchos no les quedó otra opción que dormir en el auto. Debido a la grave situación, el municipio abrió el Complejo Municipal de Deportes y Recreación Guayacán. "Alrededor de 100 personas se hospedaron aquí. Algunos durmieron dentro del albergue, que tiene 25 camas, y el resto acampó en el pasto", explicó Sergio Gómez, sereno del lugar.

Más compradores que nunca.- No cree que se haya producido una afluencia de clientes tan grande como la del domingo y el lunes. "Trabajé hasta las dos de la mañana y me fui a dormir porque ya no daba más ¡No estamos acostumbrados a recibir tantos clientes! Incluso, escasearon las gaseosas y el pan. La gente quería comer", explicó José Luis Leiva, dueño del drugstore que funciona en la YPF que se encuentra en el acceso norte de Rosario de la Frontera. "Esto fue un caos mientras duró el corte de tránsito. Pero nos dimos maña y acá nos ves", exclamó Cecilia, una sonriente empleada del comercio.

Una picardía que les salió bien.- Lo único que les interesaba era cruzar el puente averiado. Por eso, se las ingeniaron para que los policías les permitieran pasar sin demorarlas. "Les dijimos que íbamos a Córdoba y que llegábamos tarde a nuestros trabajos, pero en realidad nos vamos a conocer las aguas termales de Rosario de la Frontera", explicó Ana Ardiles, la joven salteña que les mintió a los policías con la complicidad de dos amigas. Ellas cruzaron a pie el puente y del otro lado abordaron un remise que habían pedido por teléfono y que las estaba esperando.

Una foto para facebook.- Diego Mesa, Julián Balviares y Juan Cruz Calvo, los tres oriundos de Suipacha (provincia de Buenos Aires) dejaron el auto estacionado varios centenares de metros antes del puente averiado. Caminaron hasta allí con una sola intención: sacarle una foto para subirla a Facebook. "Vamos hasta Perú. Por culpa de este corte ya nos tomamos todas las cervezas y nos fumamos todos los cigarrillos", se quejó Diego.

Mucha basura.- Luego de tantas horas de interrupción en el tránsito, las márgenes de la ruta 9 comenzaron a transformarse en una especie de basural a cielo abierto. En las banquinas y en los terrenos aledaños a la cinta asfáltica se acumulan las botellas de plástico vacías, los acullicos masticados y papeles higiénicos que el viento llevaba de un lugar a otro.

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