29 Enero 2011
TODO EGIPTO ESTA UNIDO. Un manifestante envuelto en una bandera egipcia sube encima de un tanque del Ejército para darle la mano a un soldado. REUTERS
EL CAIRO, Egipto. - Miles de manifestantes se concentraban hoy en la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo, entre gritos de "¡vete, vete!" y "¡no violencia!", en clara muestra de que no les basta el mensaje de anoche del presidente egipcio, Hosni Mubarak, anunciando la destitución del Gobierno pero su permanencia en el poder.
Poco a poco, se iba sumando más y más gente a la protesta que mantuvieron viva durante la víspera cientos de egipcios que desafiaron el toque de queda, ante la vigilancia del Ejército. Ayer, ciudades como El Cairo, Alejandría y Suez se convirtieron en un campo de batalla en el que centenares de miles se enfrentaron a la policía y a los militares, con decenas de muertos y más de 1.000 heridos.
Helicópteros en los cielos, tanques en las calles y barricadas de neumáticos quemados eran esta mañana parte del paisaje. Todavía humeaba la sede principal del partido de Mubarak, incendiado y saqueado. Los manifestantes iban ganando fuerza. De hecho, a primera hora de hoy, un oficial aseguró que el Ejército apoyaba al pueblo. "Estamos con ustedes para derrocar a Mubarak. Todo Egipto está unido", aseguró el militar a través de un megáfono, al tiempo que pidió pacificación.
El presidente se dirigió anoche a la nación por medio de un mensaje emitido por la cadena estatal "Nile TV", en lo que supone la primera reacción del régimen a la oleada de protestas. Dejó en claro que no tiene la menor intención de renunciar. Empero, anunció la formación de un nuevo Gobierno. Sus palabras no lograron calmar a la sociedad.
La multitud está furiosa. Años de represión y de miseria estallaron en bronca. El país más importante y populoso del mundo árabe y el principal aliado de Estados Unidos, tras Israel, en Oriente Medio está en llamas. La protesta que surgió el martes en internet se amplió en unos días hasta abarcar a la población entera. (Especial)
Poco a poco, se iba sumando más y más gente a la protesta que mantuvieron viva durante la víspera cientos de egipcios que desafiaron el toque de queda, ante la vigilancia del Ejército. Ayer, ciudades como El Cairo, Alejandría y Suez se convirtieron en un campo de batalla en el que centenares de miles se enfrentaron a la policía y a los militares, con decenas de muertos y más de 1.000 heridos.
Helicópteros en los cielos, tanques en las calles y barricadas de neumáticos quemados eran esta mañana parte del paisaje. Todavía humeaba la sede principal del partido de Mubarak, incendiado y saqueado. Los manifestantes iban ganando fuerza. De hecho, a primera hora de hoy, un oficial aseguró que el Ejército apoyaba al pueblo. "Estamos con ustedes para derrocar a Mubarak. Todo Egipto está unido", aseguró el militar a través de un megáfono, al tiempo que pidió pacificación.
El presidente se dirigió anoche a la nación por medio de un mensaje emitido por la cadena estatal "Nile TV", en lo que supone la primera reacción del régimen a la oleada de protestas. Dejó en claro que no tiene la menor intención de renunciar. Empero, anunció la formación de un nuevo Gobierno. Sus palabras no lograron calmar a la sociedad.
La multitud está furiosa. Años de represión y de miseria estallaron en bronca. El país más importante y populoso del mundo árabe y el principal aliado de Estados Unidos, tras Israel, en Oriente Medio está en llamas. La protesta que surgió el martes en internet se amplió en unos días hasta abarcar a la población entera. (Especial)
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