Un gobernador y un gremialista se miden en el PJ

Un gobernador y un gremialista se miden en el PJ

Comienza la batalla política por la conducción del justicialismo nacional, tras la desaparición física del "hombre fuerte" del oficialismo.

28 Octubre 2010
Para el Partido Justicialista, el fallecimiento de Néstor Kirchner es un doble cimbronazo. En el plano formal, esa fuerza acaba de perder a su presidente en el orden nacional. Y en el terreno político, se queda sin el "hombre fuerte" del oficialismo, que mantuvo a raya a muchos referentes "moderados" que se quedaron dentro de la agrupación, y también a los de una primera línea que forjó un PJ disidente: el "Peronismo Federal".
En lo que hace a la conducción del movimiento, el deceso del ex mandatario, técnicamente, dispara el ascenso del gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, actual vicepresidente primero del PJ nacional. También subirán un peldaño los otros dos vice: el titular del Poder Ejecutivo de Chaco, Jorge Capitanich; y la senadora tucumana -y presidenta del PJ local-, Beatriz Rojkés de Alperovich.
Scioli ha sido, alternativamente, encumbrado y opacado por el kirchnerismo. Los "K" lo hicieron vicepresidente de la Nación (2003-2007) pero en las sesiones fue varias veces increpado por la entonces senadora Cristina Fernández de Kirchner. Luego, lo impulsaron para que llegara a la gobernación bonaerense, pero las "marcadas de cancha" estuvieron al orden del día. Cuando Kirchner renunció a la presidencia del PJ nacional, al día siguiente de la derrota electoral del 28 de junio de 2009 (la dimisión nunca fue tratada en el partido), Scioli buscó el consenso de los otros gobernadores para asumir la presidencia, pero la Casa Rosada le cerró el paso. Más recientemente, el 9 de setiembre, el propio Néstor lo reprendió públicamente durante un acto en La Boca. Juan Ignacio Buzali -esposo de Carolina Píparo, la joven que estando embarazada fue baleada en una salidera bancaria- había asegurado que Scioli le había dicho que "tenía la manos atadas" para luchar contra la inseguridad. Kirchner, en su discurso, lo retó a que diera nombres.
En el peronismo no alperovichista de Tucumán barajan que el encumbramiento de Scioli no es una buena noticia para el secretario general de la CGT, Hugo Moyano. El camionero que el pasado viernes 15 había llenado el estadio de River Plate (y había subido al palco a la Presidenta y a su esposo), 11 días después estuvo a punto de quedarse sin quórum en la reunión del consejo directivo del PJ bonaerense, que él preside. Lo había convocado para respaldar la "filosofía" del proyecto de participación de los trabajadores en las ganancias empresarias y apenas logró conseguir el mínimo de 25 miembros para sesionar. ¿Quiénes pegaron el faltazo? Nada menos que los intendentes bonaerenses, es decir, los del distrito que gobierna Scioli.
En el alperovichismo no desconocen la resistencia que genera Moyano como conductor del justicialismo en el principal distrito electoral del país. Pero formulan una advertencia surgida de la experiencia de la gestión pública: querido o no, hay que "acordar" con Moyano para poder gobernar.
La batalla por el PJ nacional comienza. Buenos Aires y Capital Federal serán los primeros teatros de operaciones. El oficialismo del PJ tucumano, que el lunes tumbó la única lista opositora para las anticipadas internas del 12 de diciembre, se celebra oportuno.

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