14 Mayo 2010
SATISFECHOS. Los legisladores de la actual composición parlamentaria ya habían recibido una suba similar en 2008, pero el vicegobernador la anuló. LA GACETA / OSVALDO RIPOLL
Mientras los concejales de la capital fueron los que menos vieron engrosados sus salarios (un 0,5%), los legisladores gozaron del mayor incremento porcentual en los sueldos que paga la administración pública. En rigor, con los haberes de abril, los 49 parlamentarios provinciales recibieron un aumento del 56%: la dieta bruta pasó de $ 5.000 a $ 7.790.
El decreto fue firmado durante la última semana de abril por el presidente Subrogante de la Cámara, Regino Amado. Incluso, la medida ya fue puesta en conocimiento de la Anses, para que actualice también los haberes de los jubilados legislativos.
El incremento salarial beneficia también a los empleados del Poder Legislativo, prácticamente en los mismos valores que los otorgados por el Poder Ejecutivo a los trabajadores estatales: de un 16% para las categorías más altas y de un 49% para los empleados de las más bajas.
El 56% de aumento, según justificaron referentes del bloque oficialista, obedece a que la dieta se encontraba retraida. En efecto, según el argumento utilizado, en los últimos años el Gobierno concedió al menos seis aumentos a los empleados, aunque la Legislatura nunca había hecho lo propio con los parlamentarios. Con esta medida, sostienen, se buscó equipararlos. "En total, el sueldo de los empleados creció un 120%", planteó un legislador alperovichista. El mismo parlamentario advirtió que, cuando asumieron en sus bancas, un trabajador de categoría 15 percibía $ 900, mientras que hoy no cobra menos de $ 1800. A partir de este aumento, los legisladores tienen un sueldo bruto de $ 7.790, mientras que "de bolsillo" es de aproximadamente $ 6.400. Incluso, entre los parlamentarios aún hay disconformismo, ya que los empleados de las tres categorías más altas de ese poder, con título y extensión horaria, cobran un poco más que ellos.
El aumento concedido por Amado es el segundo desde la modificación constitucional de 2006. Como se recordará, la Carta Magna de 1990 fijaba que toda ley que subiera las dietas no podría entrar en vigencia "sino después de una elección para legisladores". El texto de 2006, en cambio, consigna en el artículo 68: "Los legisladores percibirán mensualmente una suma de dinero que se denominará dieta, tendrá carácter compensatorio de la función y será fijada por la Presidencia del Cuerpo".
Haciendo uso de esa facultad, durante la gestión anterior, el entonces vicegobernador, Fernando Juri, elevó la dieta legislativa de $ 3.000 a $ 5.000. En noviembre de 2008, el actual vicegobernador (en uso de licencia), Juan Manzur, llevó la dieta a $ 7.500, pero nunca hizo pública esa decisión. Cuando LA GACETA dio a conocer la novedad, en febrero, el ahora ministro de Salud de la Nación dio marcha atrás y volvió a dejar la mensualidad de los legisladores en $ 5.000.
El decreto fue firmado durante la última semana de abril por el presidente Subrogante de la Cámara, Regino Amado. Incluso, la medida ya fue puesta en conocimiento de la Anses, para que actualice también los haberes de los jubilados legislativos.
El incremento salarial beneficia también a los empleados del Poder Legislativo, prácticamente en los mismos valores que los otorgados por el Poder Ejecutivo a los trabajadores estatales: de un 16% para las categorías más altas y de un 49% para los empleados de las más bajas.
El 56% de aumento, según justificaron referentes del bloque oficialista, obedece a que la dieta se encontraba retraida. En efecto, según el argumento utilizado, en los últimos años el Gobierno concedió al menos seis aumentos a los empleados, aunque la Legislatura nunca había hecho lo propio con los parlamentarios. Con esta medida, sostienen, se buscó equipararlos. "En total, el sueldo de los empleados creció un 120%", planteó un legislador alperovichista. El mismo parlamentario advirtió que, cuando asumieron en sus bancas, un trabajador de categoría 15 percibía $ 900, mientras que hoy no cobra menos de $ 1800. A partir de este aumento, los legisladores tienen un sueldo bruto de $ 7.790, mientras que "de bolsillo" es de aproximadamente $ 6.400. Incluso, entre los parlamentarios aún hay disconformismo, ya que los empleados de las tres categorías más altas de ese poder, con título y extensión horaria, cobran un poco más que ellos.
El aumento concedido por Amado es el segundo desde la modificación constitucional de 2006. Como se recordará, la Carta Magna de 1990 fijaba que toda ley que subiera las dietas no podría entrar en vigencia "sino después de una elección para legisladores". El texto de 2006, en cambio, consigna en el artículo 68: "Los legisladores percibirán mensualmente una suma de dinero que se denominará dieta, tendrá carácter compensatorio de la función y será fijada por la Presidencia del Cuerpo".
Haciendo uso de esa facultad, durante la gestión anterior, el entonces vicegobernador, Fernando Juri, elevó la dieta legislativa de $ 3.000 a $ 5.000. En noviembre de 2008, el actual vicegobernador (en uso de licencia), Juan Manzur, llevó la dieta a $ 7.500, pero nunca hizo pública esa decisión. Cuando LA GACETA dio a conocer la novedad, en febrero, el ahora ministro de Salud de la Nación dio marcha atrás y volvió a dejar la mensualidad de los legisladores en $ 5.000.
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