Cómo evitar que el estrés nos persiga durante las vacaciones

Cómo evitar que el estrés nos persiga durante las vacaciones

Lo importante es desconectarse de las tareas cotidianas y olvidarse de las preocupaciones, al menos, hasta la vuelta a la oficina.

12 Enero 2010

Cada vez es mayor el número de personas que sufren de estrés, aún en el receso vacacional. Por eso, en vez de ser un momento para relajarse y olvidarse de las preocupaciones, este período pasa a ser todo lo contrario: no logran desconectarse de su actividad laboral cotidiana.
"Hoy día, es más que frecuente encontrar pacientes que explican que su problema comenzó durante sus vacaciones, que están nerviosos, angustiados y sobresaltados; todo les preocupa, transpiran mucho, tienen taquicardia y problemas para dormir. En ciertos casos, acompañan del relato de una crisis de pánico, como corolario", explica Gabriela Martínez Castro, directora del Centro Especialista en Trastornos de Ansiedad (www.ceeta.com.ar).
Cuando estas personas son sometidas a factores que les producen mayor ansiedad o estrés, como puede ser el ocio, están más predispuestas a padecer trastornos de ansiedad. Según la experta, los casos más comunes son: trastorno de pánico (aparición temporal o aislada de miedo o malestar intensos acompañada por mareos o taquicardia); trastorno por ansiedad generalizada; trastorno obsesivo-compulsivo, y trastornos por ansiedad social (un temor persistente a las situaciones sociales, y a que los síntomas sufridos se evidencien, como la ruborización, temblores, ataques de pánico y otros).
"El estrés que padecen este tipo de pacientes, por no poder descargar la tensión, como normalmente lo hacen en la actividad laboral aumenta, en muchos casos, el grado de ansiedad y, en consecuencia, sufren una serie de síntomas, tanto psíquicos como biológicos", continúa la directora de Ceeta. Estos síntomas pueden resumirse en irritabilidad, respuestas con sobresalto, inquietud, dificultad para la espera, insatisfacción, temores irracionales, enojos frecuentes, dificultades en la interacción con otros, dificultades en el tracto digestivo (colitis, dolores abdominales, flatulencias, indigestiones frecuentes) o contracturas musculares

Todo ello genera peleas y discusiones con el entorno social, generalmente es el familiar, cuando se está de vacaciones, lo cual hace deponer rápidamente el merecido descanso, el que ha quedado transformado en "todo un trabajo para sobrellevar", indica Martínez Castro.

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Ponerse limites para disfrutar del descanso
Lograr colocarse límites a uno mismo y a otros (no ceder frente a las demandas laborales que no respetan el tiempo vacacional).

Buscar actividades placenteras (físicas, sociales o mentales) que puedan funcionar como "vehículo de descarga" tensional.

Una alimentación balanceada contribuye. Debe combinarse con el placer de ingerir alimentos diferentes y de sabor agradable.

Delegar en otros colegas o colaboradores la tarea diaria, desestimando la falsa creencia que "nadie lo hará mejor ni más rápido que yo".

No pretender generar cambios radicales en la personalidad, como "a partir de ahora, dejaré de ser ansioso y me transformaré en Buda".

Disfrutar plenamente las vacaciones para afrontar lo que se vendrá durante el resto del año. Cargar las pilas y respirar profundamente.

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