Una genialidad de Ortega espantó los viejos fantasmas

BUENOS AIRES.- River jugaba muy mal y no podía con Chacarita en el estadio Monumental, hasta que apareció Ariel Ortega y con una genialidad le dio el triunfo al local por 4 a 3, en un partido correspondiente a la segunda fecha del Apertura.
En el primer tiempo, Diego Buonanotte, de tiro libre a los 5', y Gustavo Cabral (32') anotaron para River. Matías Alustiza a los 22' y 46' convirtió los tantos de Chacarita, el segundo de penal.
En el complemento, Facundo Parra puso arriba a Chacarita a los 7 minutos, mientras que River lo dio vuelta con tantos de Daniel Villalba y de Ortega, a los 23' y 41', respectivamente.
El golazo de tiro libre de Buonanotte parecía anunciar una jornada tranquila para River. Pero el tanto del volante estuvo lejos de transmitirles confianza a los locales. Chacarita se empezó a animar y a los 22' Alustiza clavó un derechazo alto, inatajable para Vega. El local llegó al segundo tanto con un cabezazo de Cabral. Cuando el primer tiempo se terminaba, Vismara habilitó a Alustiza y Vega le cometió penal. El zurdo cambió la falta por gol.
Al comienzo del complemento, Chacarita se animó aún más. Sobre los 7' desniveló con un cabezazo de Parra y luego tuvo la chance de aumentar. Pero el "Burrito" Ortega frotó la lámpara, primero poniendo una gran asistencia para que el juvenil Villalba  anotara el tanto del empate y, sobre el final, con una exquisita definición sobre la salida de Tauber. (NA-Especial)

Análisis
La calidad no tiene fecha de vencimiento
Por Gerardo Puig - DyN

Una definición magnífica de Ariel Ortega a cuatro minutos del final acalló las quejas de los hinchas que vienen agobiando a River. El "millo" por fin pudo festejar una victoria -aunque angustiosa- por 4 a 3 sobre Chacarita.
Este partido también marcó el regreso, luego de más de tres años sin alta competencia, de Matías Almeyda,. Aunque apenas jugó tres minutos, le alcanzó para sumar su primera amarilla por una falta contra Vismara. La sinfonía esperada del triunvirato Buonanotte-Ortega-Gallardo se hacía esperar, tanto que nunca apareció. Pero en un par de pinceladas, el jujeño demostró que la calidad no tiene fecha de vencimiento. Y esa definición del "Burrito" calmó los ánimos y apaciguó angustias en un River que sigue sin encontrar su juego.