18 Agosto 2009
La tecnología ha relegado al trabajador a esa sensación de anonimato que se oculta detrás de su número de legajo, de cuenta sueldo bancaria o de afiliado de una obra social. Sin embargo, toda empresa necesita mostrar esa cara más humana que puede redundar en una mejor prestación de sus servicios. Con esa misma tecnología informática se puede llegar a entender las emociones y los sentimientos del personal y de los clientes, dice Fausto García, investigador del IAE, la Escuela de Negocios de la Universidad Austral. Hay ciertos patrones de conducta que pueden contribuir a motivar a un empleado para que ejecute una tarea y a abandonar esa sensación de anonimato o de ser uno en un millón.
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