Buenos Aires.- El padre Pablo Oswo, sacerdote que trabaja en la parroquia de Gerli, denunció que sufrió amenazas de integrantes del narcotráfico por haber intentado sacar a menores del mundo de la droga. El caso es similar al del sacerdote José María Di Paola, a quien también le dijeron que lo matarían tras haber acusado a quienes venden estupefacientes en inmediaciones de su parroquia.
“Hace unos pocos días aparecieron unas amenazas de muerte, que fueron muy parecidas a las que recibió el padre Pepe (Di Paola)”, denunció Oswo.
El cura difundió una carta en su blog donde relata que ya en noviembre había recibido amenazas de “narcos” por salir a buscar pibes que se estuvieran drogando en la vía pública. “Los curas estamos expuestos; en cualquier momento nos podrían asesinar. Los traficantes se esconden como ratas para hacer lo suyo: matar lentamente a sus clientes vendiéndoles el maldito veneno”, describe el párroco de la iglesia San Pedro Armengol, de Gerli. “Cuando tomamos contacto con la Policía -agregó el sacerdote-, el comisario me dijo que no se había iniciado ni una sola investigación por venta de drogas en esa comisaría. Eso es un insulto a la inteligencia y una falta de respeto”.
Di Paola, que vive y trabaja en la villa 21-24, había confirmado que recibió una amenaza de muerte al ser interceptado en la noche del lunes por un desconocido que le advirtió en dos oportunidades: “rajá de acá, vas a ser boleta”. “Te la tienen jurada”, le dijo la persona que se cruzó en su camino mientras circulaba en bicicleta por ese asentamiento del barrio porteño de Barracas, donde desarrolla su tarea pastoral y de prevención a la adicción al “paco”.
La despenalización
Durante la primera semana de este mes, en un comunicado de prensa, la Comisión Arquidiocesana para la Pastoral en Villas de Emergencia, dependiente del Arzobispado de Buenos Aires, había advertido públicamente que el consumo de drogas en los asentamientos “ya está despenalizado”. Además, señaló que si la Corte Suprema sigue adelante con el proyecto de no condenar la tenencia de estupefacientes para consumo personal, esta situación se propagará a otros sectores de la sociedad.
Di Paola vinculó el episodio a este documento. “Cuando este tema deje de estar en la televisión, vas a ser boleta”, dijo el sacerdote que le reiteró el agresor. Al comentar el episodio Di Paola sostuvo que no fue una simple amenaza. “Fue una amenaza de muerte. Es presente y futuro, por eso me llevó a pensar que es un aviso”, dijo.

Gajes del oficio
El ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Aníbal Fernández, consideró la amenaza recibida por el sacerdote como un gaje del oficio de quienes luchan contra las drogas. “Lo que tienen que hacer los curas amenazados es muy fácil: que hagan la denuncia a la Policía y nosotros vamos a investigar”, dijo. Afirmó luego que los funcionarios que luchan contra el narcotráfico también están amenazados. “Pero nosotros no lo hacemos público. Todos sabemos que nos enfrentamos con personas que manejan mucho dinero, a pesar de que lo que hacen significa muerte”, añadió.
Recientemente, durante una misa en Plaza de Mayo, el cardenal Jorge Bergoglio había denunciado que un sacerdote que trabaja en villas miseria había sido amenazado, aunque no lo identificó. Al parecer, se refería al padre Oswo. “Esa amenaza no es chaucha y palito, porque no sabemos en qué puede terminar”, sostuvo Bergoglio, quien estimó que la intimidación provenía de narcotraficantes, a quienes caracterizó como “mercaderes de las tinieblas”.
Di Paola, Oswo y otros sacerdotes que luchan contra los narcotraficantes escribieron una carta en la que expresan: “Hermano traficante, yo te daría una mano a vos también si en vez de amenazarnos te dejaras ayudar”. (DyN-Télam)






