Hay 11 millones de cabezas de ganado que corren peligro

Hay 11 millones de cabezas de ganado que corren peligro

La rabia paresiante o paralítica irrumpe en forma brusca con una alta tasa de mortalidad, que va disminuyendo con el tiempo. Los síntomas en el ganado son inconfundibles.

03 Abril 2009

¿Qué es la rabia paralítica o paresiante? Es una enfermedad epidémica, regional, focal y recurrente, cuya área endémica en la Argentina abarca la totalidad de las provincias de Misiones, Chaco y Formosa y parte de las de Salta, Jujuy, Tucumán, Catamarca, Santiago del Estero, Santa Fe y Corrientes.
Afecta principalmente al bovino, cuya población expuesta es de aproximadamente 11 millones de cabezas. También son afectados una cantidad indeterminada de equinos, mulares, asnales, caprinos y eventualmente al hombre.
Epidemiología: la rabia paralítica irrumpe en forma brusca con una alta tasa de mortalidad inicial, que va disminuyendo con el tiempo. Los brotes alcanzan hasta 18 meses de duración en un mismo lugar, luego ceden espontáneamente (debido a la mortalidad que produce la rabia en los vampiros)
La mortalidad en el ganado puede superar el 75%. Esto depende principalmente de la mayor o menor rapidez con que se efectúe la vacunación. La enfermedad puede avanzar en una o más direcciones y puede extenderse hasta 100 km por año.
Luego de ceder un brote, comienza un período inter epidémico sin rabia de tres o más años de duración. Pasado ese lapso, la enfermedad puede recurrir en cualquier momento, ya que su periodicidad es irregular pues depende de varios factores como, tamaño y distribución de la población de vampiros, abundancia de refugios etc.
Sintomatología: los primeros síntomas que se notan en el ganado son inquietud, falta de apetito, tendencia a aislarse y frecuentes vocalizaciones con un tono de voz diferente al habitual. Luego se observa depresión, deshidratación y dificultad postural y ambulatoria, principalmente en el tren posterior; los animales caen con frecuencia al suelo y se levantan con dificultad, hasta que finalmente quedan postrados en decúbito lateral.
Los animales caídos manifiestan movimientos de pedaleo y opistótonos que, por lo continuados, pueden dejar marcas en el suelo, micción gota a gota, deposición seca y dura y abundante salivación. Finalmente, aumenta la parálisis y la deshidratación, muriendo por esas causas entre los cuatro y 15 días posteriores al comienzo de los síntomas.
La mayor o menor rapidez en morir depende de varios factores, principalmente del estado general del animal y del clima; los bien nutridos y los que caen en lugares sombreados o en tiempo de clima fresco sobreviven más tiempo que los débiles y que los que caen al sol durante el verano.

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