Chávez se quedó a dormir, estuvo en el hotel y esta mañana se marchó

Chávez se quedó a dormir, estuvo en el hotel y esta mañana se marchó

Empleados del Catalinas Park confirmaron que pasó la noche en su habitación. A las 8, la comitiva venezolana guardó el equipaje en los autos oficiales y se dirigió hacia el aeropuerto. Minutos antes de las 9, el Airbus del mandatario ya había despegado. El más carismático.

DISTENDIDOS. Personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria posa para las cámaras, tras la partida de Chávez. LA GACETA/JUAN PABLO SANCHEZ NOLI DISTENDIDOS. Personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria posa para las cámaras, tras la partida de Chávez. LA GACETA/JUAN PABLO SANCHEZ NOLI
02 Julio 2008
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, fue el último en abandonar la provincia: se marchó esta mañana después de pasar en Tucumán una noche más de lo previsto. Minutos antes de las 9, el Airbus 319 del mandatario despegó del aeropuerto internacional Benjamín Matienzo, que hoy evidenciaba un paisaje calmo y desolado en comparación con las últimas dos jornadas.

La comitiva venezolana llegó precedida por sus propios custodios y por personal de la Policía Federal; adentro, los efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) esperaban a la delegación. Tras saludar a los empleados de la aeroestación, el más carismático de los mandatarios que visitaron la provincia con motivo de la XXXV Cumbre del Mercado Común del Sur (Mercosur) abordó el avión y partió rumbo a su país.

Según confirmaron los empleados del hotel Catalinas Park, Chávez pasó la noche adentro su habitación, la suite 516. El jefe de Estado había alquilado 18 cuartos -la totalidad del quinto piso- para su comitiva. Según trascendió, tomó la decisión de quedarse a dormir porque se sintió muy cómodo en la provincia. Durante su estadía en Tucumán, se mostró distendido y risueño, incluso en su discurso ante el plenario del Mercosur.

Al momento de usar su turno de palabra, Chávez instó al bloque, del cual ya consideró a su nación como un miembro pleno, a asumir un rol más político en la región, que permita organizar la defensa de las naciones y que prevea un plan de emergencia alimentaria para afrontar épocas de crisis mayores.

La cuestión económica no faltó en su discurso. Pidió acelerar la concreción del Banco del Sur y sugirió crear un mapa de complementariedad económica, que permita conocer las abundancias y flaquezas de los países de la región para retroalimentarse entre estos.

Chávez alertó sobre la presencia de la cuarta flota de EEUU en los mares de la región. El venezolano citó un artículo del diario porteño "Clarín", que advierte, en una nota detallada, que los intereses de la potencia del norte no son los que aquel Gobierno había aducido.

Dirigió otra dura diatriba contra la reciente normativa sobre los llamados inmigrantes ilegales de la Unión Europea (UE), conocida como Ley de Retorno. "El Mercosur político no debe dejar de lado el tema de la ley de retorno. No podemos quedarnos callados ni limitarnos sólo a protestar. Hay que prever acciones contra la Europa civilizada que ha legalizado esta barbarie", instó. Y aunque fue cauto al no conminar al resto de los países, advirtió que Venezuela evaluaría ejecutar acciones contra empresas de capitales europeos instaladas en el país caribeño.

La situación política intestina que se vive en Bolivia también fue referencia del verborrágico mandatario. Los procesos autonomistas promovidos por los prefectos (gobernadores) de las cuatro regiones más ricas del país andino, opositores al presidente Evo Morales, fueron interpretados por Chávez como ataques desde dentro del bloque en su conjunto. "Nos atacan desde afuera y lo hacen desde adentro. Quieren partirla en pedazos y debemos defenderla", concluyó.

Lo cierto es que adentro del Catalinas Park, Chávez se robó todos los elogios de quienes se le acercaron. Eso sí, su custodia, compuesta por hombres y mujeres forjados en el arte de proteger, no dejó dudas a la hora de decir no. Cuando el boliviariano llegó al hotel, comenzó a hablar de Atahualpa Yupanqui y hasta se animó a cantar una canción de Palito Ortega. LA GACETA.com ©

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