Multan dos ciber por semana por no poseer filtros de control

Las teclas suenan sin cesar. La música suena de fondo mientras más de 40 chicos miran absortos las pantallas de las computadoras del ciber. El recambio de clientes, atraídos por un cartel que indica “$ 1,50 por hora”, impide que los escritorios en los que están los ordenadores queden libres.
Una imagen similar a esta se repite en los 132 ciber que funcionan en San Miguel de Tucumán. Sin embargo, no todos trabajan con la misma tranquilidad. Por semana, uno o dos locales son multados por violar la ordenanza 3.448, que señala que estos negocios deben funcionar con un filtro que impida a los clientes visitar páginas pornográficas.
“Según la norma, los menores de 12 años pueden permanecer en los ciber hasta las 21; hasta las 23 pueden estar acompañados por un mayor de 18 años y después de las 23, en los ciber sólo pueden estar los mayores de 18 años”, explicó Alejandro Yapur, del Departamento de Inspección General de la Dirección de Producción y Saneamiento Ambiental (Dipsa) de la Municipalidad capitalina. El funcionario indicó que a estos controles se suma la verificación del uso -o no- de filtros restrictivos. Pero aunque los inspectores de la Dipsa detecten que el local no cuenta con estos programas, no pueden clausurar el negocio. “Si se constata que los clientes visitan páginas con pornografía, se debe labrar una acción para que el Tribunal de Faltas haga una multa; si el local es reincidente, puede haber una clausura. De lo contrario, sólo se aplica una sanción económica”, contó.
“En la mayoría de los ciber hay doble filtro: uno de Windows o Linux, que son los soportes técnicos de las máquinas; pero además se instala un filtro para evitar el acceso a páginas pornográficas y a otro tipo de sitios de internet”, señaló.
Aunque el control sea doble, y en algunos casos también incluya la participación de los encargados de los locales, ninguno de estos filtros garantiza que los usuarios de internet no accederán a las páginas prohibidas. “De nuestra parte podemos hacer los controles, pero no es 100% seguro que las personas no ingresen a las páginas prohibidas”, dijo Yapur.
Con él coincidió Carlos Ovejero, que tiene 28 años y trabaja desde 2006 en un ciber ubicado en Lavalle al 800. En la pared del local hay un cartel que indica que ese lugar tiene un filtro de protección al menor. Sin embargo, el empleado reconoce que no es un filtro total. “En realidad no existe este tipo de filtros, ya que de alguna manera, siempre se puede acceder a páginas prohibidas.  Además, algunas veces, cuando vienen mayores de edad, levantamos la restricción en sus computadoras si es que así lo piden”, contó. 
Oscar Sánchez trabaja en un ciber ubicado en Crisóstomo Alvarez al 500, en el que está prohibido el ingreso a menores de 18 años. “De cualquier modo, colocamos filtros que prohíben visitar páginas pornográficas y abrir cuentas bancarias. Pero es inevitable que las personas visiten algunos sitios”, dijo.
El programador Universitario Fernando Serra explicó que en algunos ciber, el funcionamiento de los filtros depende de una computadora madre que es el servidor. El especialista aclaró que en los ciber los clientes no pueden modificar la configuración de los filtros. “Sí existen sitios de pornografía infantil, y a veces se puede ingresar a esas páginas, ya que el nombre con el que están registradas no contiene ninguna palabra relacionada con pornografía o infantil”, relató.