Voz e historia de una famosa
EN 1988. Sara luce la medalla de campeona EN 1988. Sara luce la medalla de campeona
27 Abril 2008
* AGRADECIMIENTO. Sara Figueroa contó que en una oportunidad, cuando se incendió su local de ventas, en  24 de Setiembre, y perdió casi todo, el gobernador, José Alperovich, la ayudó. “Me compró el hornito, me compró el freezer, me dio una cocina, y así salí adelante por un buen tiempo. Dios los bendiga; a él y a su esposa, porque me tendieron una mano cuando más lo necesitaba; no sé si ahora me podrá dar una casita para que me muera en paz”, dijo en tono de súplica.

* A LOS 9 AÑOS. Sara aprendió el oficio de su madre Carmen Quipildor. Cuando tenía apenas 9 años; cortaba los bollitos de masa y los alineaba para que su mamá pasara el oflador. Con un canasto de mimbre cubierto por un mantelito, salía a recorrer las calles de Famaillá. Muchos la recuerdan como la niña que subía al tren que iba al Sur ofreciendo unas sabrosas y jugosas empanadas. Desde que su madre murió en 1988, a los 103 años, Sara siguió la tradición por la que se la conoce como la mejor empanadera.

* PROBLEMAS DE SALUD. Doña Sara tiene una herida abierta que sangra permanentemente, desde que sufrió un accidente en 1991, en Salta,  al volcar un ómnibus en el que viajaba con su hija. Recibió heridas en la cabeza, y sufrió quebraduras en las costillas y en la pierna. Tiene PAMI como obra social, y confiesa que le gustaría que un médico de Buenos Aires le revisara la herida. “Los médicos de Tucumán me dijeron que no hay remedio para esta herida”, dijo.

* "YO CRIE A MIS HIJOS CON LAS EMPANADAS". Orgullosa, doña Sara cuenta que cuando enviudó pudo criar y hacer estudiar a sus cuatro hijos -Américo, Sara, Yoli y César- con sus empanadas.  “Ahora me siento impotente, porque el más chico es discapacitado; no sé qué será de él si ya no estoy”, confiesa. Si bien César recibe un subsidio de $ 400 y vive con un familiar, dice que es muy poco para cubrir con todos los gastos que tiene en medicamentos.

* CON ZAMBA PROPIA. La Campeona Nacional de la Empanada -1982, es una de las pocas mujeres que tiene el privilegio de poseer  una zamba propia. El músico y poeta Ariel Ramírez se la dedicó con el título “A Doña Sara Figueroa”. Ella sonríe orgullosa, pero confiesa que no se acuerda la letra.

* ALGUNOS SECRETOS. Aunque siempre fue celosa a la hora de compartir los secretos de sus famosas empanadas, Sara confió algunos consejos:“Hay que usar solamente matambre; la grasa debe usarse la necesaria y nada más”. Dice que el jugo no es por la grasa sino por el caldo donde hace hervir el matambre.Para la masa es importante que la salmuera esté bien bien sazonada y advierte que hay que tener mucho cuidado con los condimentos, porque un poco de más o de menos puede arruinar una empanada.

* DE VUELTA A SU PUEBLO. “El intendente de Famaillá, Enrique Orellana, me hizo decir con su secretaria que me tiene preparado un local fijo para mí, que va a llevar mi nombre y todo; pero estoy medio triste porque volver significa alejarme de mis hijos. Además, me siento un poco cansada; pero no quiero morirme sin tener una casita”, dijo.

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