El pan integral calma los nervios y el chocolate levanta los bajones anímicos

Sentirse relajado, triste o contento no sólo depende de las actividades diarias, del trato con la familia, los amigos y de las relaciones laborales. También depende de la producción de ciertas sustancias en el cerebro, que están presentes en los alimentos, y que inciden sobre el ánimo, el rendimiento y el comportamiento de las personas.
Esta relación ingesta-estado de ánimo se da porque la mayoría de los neurotransmisores (sustancias que liberan los nervios y que suministran información al cerebro) son producidos gracias a los componentes básicos existentes en los alimentos.
"Todos los neurotransmisores funcionan en base a las proteínas, por esta razón la alimentación incide en el funcionamiento de ellos", precisó Raúl Valdez, médico nutricionista.
"La relación más común entre alimentación y estado de ánimo es la que se observa en las personas que están acostumbradas a comer un número muy elevado de calorías, y de repente tienen que hacer un plan de alimentación hipocalórico. Estas personas suelen experimentar ansiedad y mal estado de ánimo, que mejoran después de una ingesta alimenticia, por su accionar en los neurotransmisores", explicó el especialista.
Los aminoácidos, presentes en los alimentos, son los precursores de los neurotransmisores. Uno de los más implicados en el bienestar emocional y anímico es el triptófano que, a su vez, está vinculado a la serotonina, sustancia cerebral que tranquiliza y levanta el ánimo. "El triptófano, por ejemplo, está presente en todas las proteínas animales como carne roja, pollo, huevos y lácteos", detalló Valdez.

Relajación
Así que para mejorar estados de ánimo y tener los nervios más relajados, nada como comer pan integral, bananas, frutos secos lácteos y pastas que están entre los nutrientes que incrementan el nivel de triptófano; mientras que el cacao es un clásico segregador de serotonina, de ahí que el chocolate sea tan elegido a la hora de levantar bajones anímicos.

Restricciones
"Una alimentación variada ayuda a combartir el estrés", opinó la licenciada en nutrición Alicia Sosa. Por eso se aconseja consumir frutas y verduras de estación, pescado y carnes rojas (sólo dos veces a la semana) y evitar alimentos que tienen aportes muy altos en grasas saturadas. "Hay que restringir alimentos como la crema de leche y las frituras porque su consumo suele producir una sensación llamada modorra postprandial, que se genera cuando se come muy pesado y suele provocar decaimiento en las personas", agregó.
Valdez y Sosa aconsejaron decirle no al café, al té, y a las bebidas cola y alcohólicas cuando se está sometido a mucha presión. Pero resultan buenos aliados las naranjas y los frutos tropicales ricos en vitamina C, que influyen en la capacidad de recordar, alivian las depresiones y refuerzan al organismo en situaciones de estrés. También son recomendadas en estos casos las infusiones de té verde, de hierbas y frutales.
Aunque no se puede hablar de alimentos "relajantes", algunos ayudan al organismo a mantener la calma. Entre estos se encuentran los frutos secos, las legumbres, los jugos de frutas naturales y las compotas.
"Es importante combinar la buena alimentación con ejercicios físicos porque este produce sustancias que otorgan bienestar y, además, porque es común la asociación entre estrés, inactividad física, hiperfagia (exceso de alimentación) y obesidad", sostuvo Valdez.